Así se oyen los extraños sonidos de un cometa mientras viaja por el espacio

67P

En el sistema solar hay una cantidad innumerable de pequeños objetos orbitando el Sol. En el deseo de la humanidad de conocer y descubrir, se han enviado varias sondas a asteroides y cometas. En su gran mayoría estas realizan únicamente sobrevuelos, aunque en algunos casos la nave logra entrar en órbita alrededor del objeto. Por ejemplo, Rosetta exploró el cuerpo 67P/Churyumov-Gerasimenko, sorprendiendo a los investigadores al escuchar cómo cantaba el cometa.

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Fotografía cercana del cometa 67P capturada a pocos kilómetros por la sonda Rosetta. Créditos: ESA.

Rosetta y Philae

Rosetta despegó en 2004 hacia el objeto 67P, un cometa periódico descubierto en 1969 y cuya órbita ha sido fuertemente moldeada por Júpiter. Dada la limitación de combustible fueron necesarias varias asistencias gravitacionales para alcanzarlo. Después de diez años de varios sobrevuelos a la Tierra y Marte, la sonda logró finalmente entrar en órbita alrededor del cometa. Recolectando durante varios meses gran cantidad de datos y fotografías de alta calidad, convirtiendo a 67P en el objeto de su clase mejor conocido hasta la fecha.

La sonda buscaba ayudar a entender mejor el comportamiento y composición del cometa. Por ejemplo, ofrecer pistas sobre el origen del agua en la Tierra o modelar el campo magnético del objeto. También llevaba consigo un aterrizador, aunque sufrió numerosos problemas en su descenso a la superficie.

Navegando en el viento solar

En astronomía se conoce al viento solar como el plasma; partículas cargadas muy energéticas, emitido por nuestra estrella en todas las direcciones. Este es eyectado por perturbaciones en el campo magnético del Sol. En algunos casos puede incluso ser perjudicial para las naves que se encuentran fuera de la protección de una atmósfera.

Los instrumentos a bordo de Rosetta esperaban conocer la interacción entre la cola del cometa, fragmentos de hielo y polvo sublimado que escapan por las temperaturas, y el viento solar. Para ello contaba con un magnetómetro, el cual logró detectar oscilaciones en el campo magnético ambiental. Este fenómeno fue reconocido como si el cometa estuviera cantando, aunque diferente a lo que percibimos aquí en la Tierra.

Las oscilaciones tenían lugar en el rango de los cuarenta a cincuenta milihercios, por debajo de la capacidad humana de audición, la cual ronda entre los 20 y 20 000 hercios. Por esto, los datos recolectados fueron amplificados cerca de diez mil veces para crear el audio.

Aunque el mecanismo exacto que las produce se desconoce, las oscilaciones son generadas por las partículas neutrales expulsadas del cometa y pasar por la fase de ionización, obteniendo una carga eléctrica diferente de cero.

Además, esto fue clave para encontrar a Philae después de su fallido primer intento de aterrizaje y posterior rebote.

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La sinfonía del universo

Las sondas espaciales nos ofrecen una nueva perspectiva de nuestro lugar en el cosmos, abriendo las puertas no solo a los investigadores de procesar cantidades enormes de datos, sino crear productos audiovisuales que permitan a cualquier persona interesada o no en el espacio a descubrir el universo y sus maravillas.

Francisco Andrés Forero Daza
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