La probabilidad de que el asteroide 2024 YR4 choque contra la Tierra aumenta. La Agencia Espacial Europea (ESA) calcula actualmente que existe un 2,3% de posibilidades de que este cuerpo impacte contra nuestro planeta el 22 de enero de 2032. La NASA, por su parte, también ha reevaluado sus cifras y las ha elevado al 2,27%, frente al 1,2% estimado previamente.
Observaciones y análisis continuos
El Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra de la ESA anunció ayer que realizará actualizaciones diarias sobre las probabilidades de impacto y que espera que estos valores evolucionen en las próximas semanas, “primero aumentando y luego disminuyendo, si el asteroide sigue el patrón de descubrimientos similares”.
El asteroide 2024 YR4 tiene un diámetro estimado de entre 40 y 90 metros. Esta medida hace que el evento merezca una atención prioritaria por parte de la comunidad astronómica. Aunque su tamaño es insuficiente para causar una catástrofe global, un impacto en una zona poblada podría destruir una ciudad entera.
Este asteroide ha sido clasificado en el nivel 3 de la escala de Turín, que evalúa las amenazas que presentan los asteroides en una escala de 0 a 10. La ESA ha recordado casos pasados como el del asteroide Apofis, de 375 metros, que en 2004 alcanzó el nivel 4, con una probabilidad de impacto del 3%, la más alta registrada hasta la fecha. Sin embargo, el análisis de datos archivados posteriormente descartó cualquier posibilidad de colisión.
Impacto potencial y medidas futuras
Descubierto el 27 de diciembre de 2024 por el programa ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) desde Chile, apenas dos días después de que pasara a 828 800 km de la Tierra, el asteroide 2024 YR4 plantea un riesgo que depende de factores desconocidos, como su composición y el ángulo de entrada a la atmósfera.
“Es demasiado pronto para tomar alguna medida”, han afirmado especialistas. A pesar de la baja probabilidad, dos grupos de Naciones Unidas están analizando el caso: la Red Internacional de Alerta de Asteroides y el Grupo Asesor de Misiones Espaciales (SMPAG). Este último se activó al existir una probabilidad de impacto superior al 1% y tratarse de un cuerpo mayor a 50 metros.
La órbita del asteroide describe una amplia elipse alrededor del Sol, lo que dificulta el estudio de su trayectoria. En los próximos meses, el 2024 YR4 comenzará a desvanecerse de la vista desde la Tierra, lo que complicará su monitorización. La ESA coordinará observaciones con telescopios potentes, culminando con el uso del Telescopio del Observatorio Europeo Austral en Chile.
Aunque la atmósfera terrestre puede fragmentar cuerpos rocosos menores de cientos de metros, un posible impacto de esta roca podría liberar una energía explosiva significativa, comparable al evento de Tunguska en 1908, que devastó aproximadamente 2150 km² de taiga siberiana.
Actualmente, se han catalogado 37 492 asteroides próximos a la Tierra (NEA, por sus siglas en inglés), según el Center for Near Earth Object Studies del Jet Propulsion Laboratory. La comunidad científica sigue monitoreando de cerca la trayectoria del 2024 YR4 para evaluar con mayor precisión su órbita y descartar o confirmar si representa una amenaza real para nuestro planeta.
Es posible que el asteroide desaparezca de la vista antes de que se descarte por completo cualquier posibilidad de impacto. De ser así, podría permanecer en la lista de riesgo de la ESA hasta 2028, cuando volvería a ser observable.