El telescopio Hubble hace un descubrimiento sorprendente: un Plutón alienígena devorado por una estrella
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En nuestra vecindad estelar, una enana blanca —el núcleo colapsado de una estrella parecida al Sol— está consumiendo restos de un objeto helado similar a Plutón. Gracias a su capacidad única de observar en ultravioleta, solo el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA ha podido identificar este insólito festín.
El hallazgo, publicado el 18 de septiembre de 2025 en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, muestra que la enana blanca, con la mitad de la masa del Sol comprimida en un cuerpo del tamaño de la Tierra, habría capturado y destrozado un fragmento procedente de su propio cinturón de Kuiper, un anillo de cuerpos helados parecido al que rodea nuestro Sistema Solar.
El equipo internacional de astrónomos logró determinar la naturaleza del objeto analizando los elementos detectados mientras sus fragmentos caían sobre la enana blanca. Entre ellos se encontraron carbono, azufre, nitrógeno y un alto contenido en oxígeno, lo que indica la fuerte presencia de agua.
“Nos sorprendió detectar agua y otros compuestos volátiles. Pensábamos que estos objetos helados eran expulsados de sus sistemas planetarios antes de que la estrella llegara a la fase de enana blanca”, explica Snehalata Sahu, de la Universidad de Warwick, responsable principal del análisis de datos.
Usando el espectrógrafo de orígenes cósmicos del Hubble, los científicos comprobaron que los fragmentos estaban compuestos en casi dos tercios por hielo de agua. Esto sugiere que procedían de un objeto grande, más masivo que un cometa típico y probablemente un pedazo de un exo-Plutón.
El hallazgo incluyó también una cantidad excepcional de nitrógeno, la mayor detectada hasta ahora en un sistema de escombros alrededor de una enana blanca. “Sabemos que la superficie de Plutón está cubierta de hielos de nitrógeno. Pensamos que la enana blanca engulló fragmentos de la corteza y el manto de un planeta enano”, añade Sahu.
Este sistema se encuentra a unos 260 años luz, un vecino cósmico relativamente cercano. Cuando nuestro Sol agote su combustible y colapse en una enana blanca dentro de miles de millones de años, se espera que también atraiga objetos del cinturón de Kuiper. “Esos planetesimales serán entonces destruidos y absorbidos”, explica Sahu. “Si una civilización alienígena observara nuestro Sistema Solar en ese futuro lejano, podría ver algo muy parecido a lo que vemos hoy en este sistema”.
El equipo espera utilizar el Telescopio Espacial James Webb para estudiar en infrarrojo las huellas moleculares de compuestos volátiles como vapor de agua y carbonatos. Con ello esperan comprender mejor la frecuencia y la composición de estos eventos de acreción.
“Observar un exo-Plutón y medir su composición es un avance importante para entender cómo se forman y evolucionan estos cuerpos”, señala Boris Gänsicke, también de la Universidad de Warwick y responsable principal del programa de observación de Hubble que hizo posible este descubrimiento.
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