Kenia no es el único país amenazado por las langostas, que también han hecho estragos en Etiopía, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y Tanzania. En total, en estas naciones hay 20,2 millones de personas que se enfrentan a una «grave inseguridad alimentaria», y la cifra podría aumentar tras el devastador paso de estos insectos, afirma la ONUAA.
La proliferación de las langostas se ve favorecida por una temporada de lluvias extremadamente húmeda, y la organización pronostica que podría ir a más.
«La langosta del desierto se considera la plaga migratoria más destructiva del mundo. […] La FAO estima que el número de langostas podría multiplicarse por 20 durante la próxima temporada de lluvias a menos que se intensifiquen las actividades de control», advierte ONUAA.