El cometa 12P/Pons–Brooks tiene un periodo orbital de 71 años. Esto permite que sea un cometa relativamente bastante bien estudiado, y en la actualidad se encuentra próximo a su enésimo encuentro con el Sol. Debido a esto se ha empezado a formar la coma, el nombre técnico de la estela de los cometas. Una brusca aparición de esta hizo que la intensidad de su brillo aumentará 100 veces de golpe.
Además, las últimas observaciones han mostrado en la coma una extraña forma. Aparentemente, la forma irregular del cometa ha provocado que los volátiles del interior escapen por dos puntos opuestos de la superficie. Esto, visto desde la Tierra, luce como si tuviera dos pequeños cuernos.
La aparición brusca de la coma lleva a pensar a que quizá la fuente sea un criovolcán. Cabe mencionar que en anteriores aproximaciones del cometa se observó un fenómeno similar. Aunque debido a la falta de detalle, es imposible comprobar la teoría de una aparición reiterativa de este curioso elemento.
Una combinación del hielo de agua junto con una fuente de calor, y hay varias posibles, puede crear uno. Su funcionamiento es similar al de los volcanes terrestres, pero el papel del magma lo ocupa agua en estado líquido.
Esta agua líquida ha pasado a este estado gracias a la fuente de calor externa, en el caso de este cometa, la del Sol. Otro mecanismo propuesto son las fuerzas de marea, sobre todo se contempla este escenario como probable en las lunas de Júpiter. Tras esto se empiezan a acumular gases en el interior del cometa, que se siguen calentando, y expandiendo con el calor.
Y llega un momento en que la presión vence la resistencia del hielo y atraviesa la superficie. Esto expulsa los volátiles, generalmente agua, aunque hay otros como metano o amoniaco. En función del producto que sea, este puede congelarse o mantenerse gaseoso o líquido. Independientemente del estado al que pasen, su diferencia térmica con el resto del cuerpo y la facilidad para reflejar la luz que suelen tener hace que se generen imágenes muy vistosas.
Aunque un volcán en un cometa pueda parecer algo extraño y de muy rara aparición, tenemos constancia de varios criovolcanes a lo largo del Sistema Solar. Además de varios cometas, existen imágenes de ellos en Ceres. Aunque en el caso de este planeta enano parece extinto y solamente la forma y unos depósitos de sales hacen evidente su pasado. Más al fondo, en Júpiter, Saturno y Urano, tenemos constancia de ellos en varios de los satélites, incluyendo a Encelado, Europa, Titán y Miranda.
Esta entrada fue modificada por última vez en 01/08/2023 00:50
Jefe de sección Actividad Aeroespacial. Especialista en el programa espacial indio. Universidad de Oviedo.