A Carmen le diagnosticaron un cáncer pulmonar hace dos años, cuando acababa de cumplir 63. Recibió sorprendida el diagnóstico, pues ni ella ni su marido Pepe habían fumado nunca.
Indagando acerca de las posibles causas encontró que en la zona donde vivía, en la sierra de Guadarrama, había elevadas concentraciones de un gas denominado radón, incoloro, inodoro e insípido. Encargó una medición a un Laboratorio Acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) y descubrió sorprendida que en su vivienda había una concentración de 1 200 becquerelios por metro cúbico (Bq/m3). Aquello superaba en cuatro veces la concentración máxima establecida por una Directiva Europea publicada en el año 2014.
Carmen se quedó más impactada si cabe cuando se enteró de que el Gobierno de España no ha traspuesto esa directiva 3 años después de que haya vencido el plazo obligatorio para ello. Rápidamente, contactó con una empresa especializada que logró disminuir la concentración de radón de forma significativa, a 150 Bq/m3.
Es sorprendente el poco conocimiento que existe acerca de este gas por parte de la población española. Como sorprende también la inacción de la mayor parte de administraciones públicas de este país.
El gas radón es un gas radioactivo que procede de la descomposición del Radio 226 que está presente en todas las rocas de la corteza terrestre. Este gas penetra en las viviendas por grietas, fisuras o juntas mal selladas y puede alcanzar concentraciones peligrosas en viviendas y lugares de trabajo situados en zonas de riesgo.
En España, esas zonas son las fundamentalmente graníticas, ya que el granito contiene mucho Uranio y Radio –del que procede el radón–. Las zonas de España con mayor riesgo las ha caracterizado adecuadamente el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en un Mapa con 12.000 mediciones en viviendas, en el que participó el Laboratorio de Radón de Galicia de la Universidad de Santiago de Compostela. Según el CSN, que es la autoridad nacional en protección radiológica, el 70% de Galicia, el 47% de Extremadura y el 36% de Madrid, tienen alta probabilidad de presentar concentraciones elevadas de gas radón.
El gas radón fue declarado carcinógeno humano en 1988 por la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer y la OMS ha establecido que es el segundo factor de riesgo de cáncer de pulmón en fumadores y el más importante entre los nunca fumadores.
En 2009 se publicó un informe de la Organización Mundial de Salud (OMS), en el que participaba nuestro grupo, que concluía que idealmente no se deben superar los 100 Bq/m3 y en ningún caso los 300 Bq/m3. Esta recomendación se basa en evidencia científica sólida publicada en el estudio más citado sobre radón y cáncer de pulmón (British Medical Journal, 2005) que incluyó más de 21 000 participantes, observando un riesgo lineal entre la exposición a radón y riesgo de cáncer de pulmón.
Llegados a este punto, es importante también subrayar que existe una importante interacción entre el radón y el consumo de tabaco. Concretamente, los fumadores expuestos a concentraciones elevadas de gas radón multiplican las posibilidades de desarrollar este cáncer.
En 2014, la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer indicaba en el Código Europeo Contra el Cáncer que la medición de gas radón en las viviendas debería promoverse para reducir la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón en un futuro. La medición es sencilla y barata, y debe hacerla un Laboratorio Acreditado.
Por otro lado, existe evidencia científica fuerte obtenida en diferentes estudios realizados por nuestro grupo con la colaboración de numerosos hospitales sobre el riesgo de cáncer de pulmón en los sujetos expuestos a gas radón en España, tanto en fumadores como en nunca fumadores. El último de ellos, publicado en 2020, incluía más de 3 700 participantes de varias Comunidades Autónomas.
Del mismo modo que el radón puede concentrarse en las viviendas, también se acumula en puestos de trabajo ubicados en zonas de riesgo y hemos llegado a registrar hasta 7 000 Bq/m3 en lugares de trabajo. Un estudio que realizamos en colaboración con ISTAS, de Comisiones Obreras, y que es el mayor publicado en España este ámbito, calculó que el 27% de los puestos de trabajo superaban los 300 Bq/m3.
Finalmente, hay que recalcar la importancia del mapeo de las zonas de riesgo. En Galicia, nuestro Laboratorio comenzó en 2001 el Mapa de Radón de Galicia, que cuenta con 4 300 mediciones en viviendas y próximamente será ampliado a 5 000 mediciones. Aún así, son necesarias muchas más mediciones en toda España para mejorar la caracterización de la exposición a radón.
Mientras tanto, Carmen es tratada en el Hospital Puerta de Hierro. Está contenta, porque está en buenas manos. Además, ya ha avisado a sus vecinas de la urbanización para que, antes de que la historia se repita, traten de averiguar si en su casa puede haber una elevada concentración de radón, el enemigo invisible.
Alberto Ruano Raviña, Profesor Titular de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidade de Santiago de Compostela
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
Esta entrada fue modificada por última vez en 29/04/2021 14:11
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