La agencia espacial estadounidense ha empleado desde su lanzamiento en 2009 para fotografiar con gran detalle el satélite natural de la Tierra la Lunar Reconnaissance Orbiter. Este orbitador logró realizar mapas con una resolución de centímetros tanto de la cara visible como de la cara oculta de la Luna. Pero además es una pieza clave en todos los intentos de aterrizaje de estos años, primero como relé de comunicaciones y segundo para buscar los restos en caso de impacto. Desagradable papel que afrontó una vez más tras la desaparición de la sonda rusa.
La nave rusa estrellada se ha encontrado en el anillo interior del cráter Pontécoulant G. Este está situado a unos 400 kilómetros del lugar designado para el aterrizaje de la Luna 25 según informó la NASA. La causa del accidente fue un encendido incorrecto de los motores en una maniobra de frenado orbital. Mientras que está estaba previsto que durase 84 segundos finalmente duró 127 lo que la colocó en rumbo de colisión con la superficie.
Las medidas del cráter son de unos 10 metros de diámetro y tiene una forma de elipsoide. Está se debe a que la trayectoria no es vertical si no que una nave en órbita avanza a gran velocidad respecto a la horizontal del cuerpo sobre el que gira.
Es posible que en próximas semanas se vean nuevas imágenes del accidente provenientes del orbitador Chandrayaan 2 que ofrecerán una ligera mejora en la calidad gracias a la menor altitud a la que orbita esta otra sonda.
Esta entrada fue modificada por última vez en 01/09/2023 00:46
Jefe de sección Actividad Aeroespacial. Especialista en el programa espacial indio. Universidad de Oviedo.