Que el espacio es caro no es algo que pueda sorprender a nadie, incluso los satélites más baratos rondan el medio millón de euros. Tampoco pilla desprevenido a nadie que la inversión en I+D nunca es asequible, y menos aúnen tecnologías revolucionarias como las cuánticas. Y ahí radica el problema de este contrato, quiere abarcar demasiado con un presupuesto que es visto lo visto, limitado.
Aunque, el hecho de que el grupo Thales haya sido el ganador de un proyecto a nivel europeo podría hacer muy rentable la inversión.
Pero los contratos son complejos, el que más dinero repartía ha sido ya adjudicado de facto a Thales Alenia Space España. Por valor de 103,5 millones de euros, lamentablemente y por primera vez en el PERTE, no enfrentará competencia en una segunda fase. De ahí lo de decir expresamente que la adjudicación es de facto, sería una sorpresa que se cancelase la Fase II. Deberán construir un sistema de distribución de claves cuánticas para un satélite en órbita geoestacionaria. Pero también dos segmentos terreno completos para la operación del orbitador.
Por suerte, en el otro contrato ofertado, por valor de 19 millones sí que hay dos empresas participando. Sorprendentemente Thales Alenia, la adjudicataria del primero no es una de ellas. Ni siquiera presentó candidatura, dejando un camino más despejado a la empresa que sale en cabeza de la Fase I, Sener. Esta empresa española, multinacional obtiene bastante buenas puntuaciones saldándose en la parte técnica con un notable 61 sobre 80 posibles. Además, la competencia destaca por su mal resultado superando por unos mínimos tres puntos el umbral de veinticinco en la solución. Y en total se queda con solo 41 sobre 80.
Sener está siendo especialmente activa en el PRTR aeroespacial con participación en todos los proyectos presentados hasta el momento. Incluido el microlanzador, que colaboran con Pangea Aerospace en su propuesta de un lanzador con un motor aerospike en la primera etapa.
La parte más escamosa de ambos contratos es el hecho de que no se contemplan puntos claves para convertirlos en sistemas operativos. Los 150 millones de euros de ambos contratos solo costean el desarrollo de lo que se llaman módulos de misión. Para que estos módulos de misión sirvan a su propósito primero deben ser instalados en un bus satelital. Y eso con suerte, si los diseños no pueden ser adaptados a los diseños de satélites ya existentes y fabricados en serie, el coste se disparará.
Por otro lado, y suponiendo que se integre en un satélite, cuestión que podría abordarse dentro del ámbito nacional. Existe la capacidad de fabricar satélites completos en España, lo que no es posible es lanzarlo desde el territorio nacional. Y ni el Miura 5 ni el Meso serán capaces de levantar un satélite a órbita geoestacionaria, aunque quizá sí se pueda lanzar el de órbita baja.
En un proyecto con muchas luces y casi tantas sombras, es importante destacar la constatación de un hecho. En España existe una industria aeroespacial enorme, capaz de afrontar retos de talla mundial, y el Gobierno hace bien apoyándolas. Eso permite cómo se ha visto esta mañana que PLD Space pueda optar a contratos de lanzamiento de las instituciones europeas. O hace muy poco a Thales Alenia haciéndose cargo de un megaproyecto europeo. Quizá sin el desarrollo previo realizado para el Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial no habría sido posible.
Esta entrada fue modificada por última vez en 23/01/2024 21:41
Jefe de sección Actividad Aeroespacial. Especialista en el programa espacial indio. Universidad de Oviedo.