Aunque ya había planes, públicos, de lanzar misiones a Marte antes de que el proyecto del sistema Starship cristalizase, en algún punto hay que empezar con las mentiras de Elon Musk.
We'll start a cadence of sending Dragons to Mars in two years. Will be like a train leaving the station pic.twitter.com/Jpjwn3hWax
— SpaceX (@SpaceX) September 27, 2016
La historia empieza en el International Astronomical Congress de 2017, un evento anual marcado en rojo en los calendarios de todo el mundo de la industria espacial. Aquel año, en Adelaida, SpaceX ya venía como una de las firmas más relevantes tras poner en servicio con éxito su Falcon 9 y recuperar y relanzar sus primeras etapas. Y aunque los Falcon X y XX se conocían, más bien entre susurros, la revolución del ITS puso al mundo patas arriba. Visto en retrospectiva, como alguien que vivió desde dentro de la burbuja espaciotranstornada aquellos días, definitivamente pecamos de optimistas, aunque muchos no cayeron en el engaño es justo decir.
Estamos en 2024, siete años después y podemos decir que, de forma mucho más limitada a lo que se diseñó en aquella primera iteración de lo que hoy conocemos como Starship, hay una sólida base. Pero desde luego, en 2022, la misión a Marte ni estaba ni se la espera para este año 2024., aunque la ventana de lanzamientos a Marte se abre dentro de un mes, SpaceX no lanzará una Starship al planeta rojo este año.
Personalmente, uno de los motivos para que se me cayera la venda con las fechas del primer vuelo a Marte, fue el anuncio de la «Moonship«. Así es como popularmente se ha venido a denominar a la versión de la Starship que realizará las labores de alunizaje tripulado en el programa Artemisa de la NASA.
Aquí hay que señalar un organismo semi independiente, el GAO. La Oficina de Responsabilidad Gubernamental, un organismo que suele estar detrás de una gran cantidad de jarros de agua fría. Si anteriormente estos los solía recibir el telescopio James Webb con su astronómico coste, ahora estos suelen ir a Artemisa.
Pero no por costes, aunque algunas cosas sí que se han salido de control en el regreso a la Luna, pero más bien por los calendarios. Pecan de optimismo, muchísimo, hablamos de años completos de retraso, algunas veces más. Esto en un programa que nunca ha mirado más de cinco o seis años en el futuro, es decir, un 20% de retraso respecto a la fecha prevista.
Y uno de los señalados, de forma recurrente en los informes del GAO sobre el alunizaje, es el Human Landing System, o en otras palabras, la Moonship. Una vez más, no por presupuesto, el diseño de SpaceX y que ya hayan corrido con una parte no menor de los costes de desarrollo por su propia cuenta o con otros programas y contratos menores con la NASA o el ejército reducen la factura para Artemisa. Pero el calendario, que originalmente para alunizar este año, con un alunizaje no tripulado el año anterior, evidentemente no se ha cumplido.
El último plan, el cual nuevamente ha copado titulares como solo Elon Musk sabe hacer, es enviar cinco naves no tripuladas en 2026 y al menos una tripulada en 2028.
¿Cómo de factible es alguna de las dos fechas? Podemos diseccionarlas para hacerlo más ameno.
Por un lado tenemos la de 2026, realmente, si hubiera dicho que quizá, en ese año podrían enviar una Starship a Marte, hoy diría, bueno, hay posibilidades. Pero hay quien pierde toda la fuerza por la boca, o el tweet, y ya no queda más opción que rechazar la fecha.
Para que una sola nave logre llegar a Marte lo primero es que logren hacer funcionar el repostaje en órbita. De momento las pruebas en tierra aparentemente no han ido mal pero no se ha hecho una prueba a escala completa. De hecho, no hay ninguna Starship construida o en proceso que tenga el equipo necesario para hacer una transferencia de propelentes.
En realidad, ninguna Starship se ha insertado en órbita aún.
Partiendo de esto, discutir sobre cuándo podría estar lista la prueba de transferencia de propelentes a un nivel nunca antes visto por varios órdenes de magnitud es hasta cierto punto ridículo. Pero sigamos, porque necesitan realizar una decena de vuelos en un plazo máximo de semanas para repostar lo suficiente una sola nave para que llegue a Marte. Y actualmente solo ha habido cuatro lanzamientos del sistema, aunque el quinto podría no estar demasiado lejos, pero se habría retrasado por problemas burocráticos.
Y pasando a 2028, este año es complejo, porque coincide con la fecha más probable para el primer alunizaje del programa Artemisa. La NASA no iba a prestar a sus astronautas a una misión suicida, no habría datos de la reentrada en Marte de la Starship al no haber podido viajar en 2026. Y el cuerpo de astronautas de SpaceX no es precisamente extenso, únicamente dos ingenieras de la compañía han realizado un vuelo orbital. Ambas en la recentísima misión Polaris Down.
En resumidas cuentas, no, un viaje tripulado a Marte en 2028 es, si cabe, más imposible que uno no tripulado en 2026.
Eso sin contar con que no se tienen datos del comportamiento de un vehículo que maniobra como lo hace la Starship en Marte. Y cabe recordar, que ya costó horrores a la empresa lograr aterrizar en condiciones mucho más favorables a la nave en la Tierra.
SpaceX es una gran empresa, que ha logrado cosas que hace diez años eran complicadas hasta de imaginar. Pero no se debe perder de vista que estamos en 2024, en 1969, hace más de cincuenta años, se fue a la Luna y aún no hemos vuelto. Para empezar porque es caro y no es rentable, para seguir, es complicado, los humanos somos seres muy delicados y con muchas necesidades. Y las cosas tienen plazos, que a un empresario que busca atraer financiación a su empresa porque no desea que cotice en bolsa perdiendo así el control de la misma como ya le sucedió con cierta compañía automovilística, de vez en cuando obvia. Y así copa los titulares de todo el mundo con gruesas afirmaciones para atraer dinero.
Esta entrada fue modificada por última vez en 26/09/2024 22:26
Jefe de sección Actividad Aeroespacial. Especialista en el programa espacial indio. Universidad de Oviedo.