Aventura

La impresionante belleza de Praga

Praga es una de las ciudades más turísticas de Europa. La realidad que es una ciudad espectacular, pero con tanto éxito, que se la pueden cargar como ciudad. Además, se está convirtiendo en una ciudad de borrachera porque es una ciudad mucho más barata que los países que están cerca.

El Castillo de Praga 

Es un conjunto arquitectónico ubicado en Praga. Pese a los sucesivos incendios e invasiones, es uno de los más notables, suntuosos y emblemáticos vestigios del gran pasado histórico, cultural y social de la ciudad. Es la fortaleza medieval más grande del mundo

Construido en el siglo IX, fue la residencia de los reyes de Bohemia, emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, presidentes de Checoslovaquia y presidentes de la República Checa. Se encuentran las Joyas de la Corona de Bohemia. Con 570 metros de largo y 130 de anchura media, es considerado el castillo antiguo más grande del mundo.

El interior del complejo alberga la catedral de Praga, el convento de San Jorge que contiene arte antiguo de Bohemia, la basílica de San Jorge, el Palacio Real, galerías de pintura renacentista y barroca en las antiguas caballerizas del castillo, entre otras muchas cosas.

Fue remodelado entre los años 1920 y 1934 a petición del primer presidente checoslovaco Tomás Masaryk. Delante del castillo se levanta una estatua del presidente Masaryk.

La torre Daliborka es de estilo tardo-gótico del Castillo de Praga, levantada en el año 1496. Fue prisión hasta finales del s. XVIII. Toma su nombre de su primer recluso, Dalibor de Kozojed, personaje de leyenda. Dalibor era un joven “rebelde” de fines del s. XV condenado a muerte por socorrer a unos siervos que se habían rebelado frente a la tiranía de los nobles, durante el reinado de los Jagellion.

Ya encarcelado en la torre, Dalibor se hizo con un violín y aprendió a tocarlo en prisión, mientras esperaba ser sentenciado. Los praguenses se enternecían con las tristes y melancólicas melodías que salían de la torre y acudían masivamente a escucharlas, llevando comida y aliento al joven Dalibor.

Los nobles se inquietaron al constatar las simpatías que despertaba Dalibor entre la población, por la que le dieron vil muerte estando en la celda.

La Hondonada de los ciervos es el foso norte del Castillo de Praga. La depresión del terreno se debe al arroyo Brusnice que fue drenado en 1899.

Un grupo de arqueólogos descubrió en el s. XIX restos de un asentamiento humano de la prehistoria. Al levantarse el Jardín Real, se erigió un puente de madera de cinco pilares de piedra sobre la Hondonada, el Puente de la Pólvora.

Posteriormente, se sustituyó el puente por un canal, que divide la hondonada en dos partes, la superior y la inferior. Durante el reinado de Rodolfo II, fue fortificada y usada como coto de caza de venados, de ahí su nombre. Los ciervos se extinguieron al ser cazados por los franceses durante la ocupación de 1741-42.

Posteriormente, la hondonada fue utilizada también como vertedero de basura. Durante el periodo de José II, llegaron a estar abandonadas en la Hondonada piezas de arte de la colección de Rodolfo II que no habían sido vendidas en subastas. A principios del s. XX aún se podían ver osos en la hondonada.

En la actualidad, la parte superior de la hondonada es un agradable parque con numerosos bancos. La parte inferior, más agreste, conserva el espíritu tradicional. La Hondonada está abierta al público en los meses de verano.

Este espléndido palacio se encuentra frente al Tercer Patio del Castillo de Praga y era la sede de los príncipes bohemios

Entre la residencia del presidente de la República y muy cerca está el llamado “callejón de oro”, con casas bajas muy curiosas, que fueron construidas en el siglo XVI y en cuyo número 22 vivió durante un tiempo Franz Kafka, autor de la famosa novela “el castillo”.

Este espléndido palacio se encuentra frente al Tercer Patio del Castillo de Praga y era la sede de los príncipes bohemios. Fundado en el siglo IX como un primitivo palacio de madera, evidentemente sufrió cambios significativos hasta alcanzar su fisonomía actual.

El rey Sobeslav reconstruyó hacia el año 1135 el palacio original convirtiéndolo en un sólido palacio de piedra de estilo romanesco, de cuyos tiempos se conservan algunos restos en el subsuelo.

Carlos IV le imprimió su amado estilo gótico con interiores abovedados y arcadas en el siglo XIV y su hijo Wenceslao IV añadió dos alas perpendiculares. Luego vino un período de abandono que duró 80 años durante el convulsionado siglo XV. 

Vladislav Jagiello llegó al trono y decidió emprender grandes cambios: construyó el impactante Salón Vladislav en el piso superior del palacio y una nueva ala llamada Ludwig en honor a su hijo. La dinastía Habsburgo usó este palacio para las coronaciones, asambleas, oficinas de su gobierno y depósitos.

El Salón Vladislav fue la más grande sala de la Praga medieval. Se utilizaba para festejos durante las coronaciones de nuevos reyes, torneos de caballeros, bailes o como mercado de objetos valiosos. Los caballeros ingresaban al salón incluidos sus caballos mediante unas escaleras especiales, por eso llamadas Escaleras de los Caballeros.

Por una esquina del Salón Vladislav se accede al ala Ludwig, históricamente importante porque fue aquí donde se produjo la Defenestración de Praga en 1618, esto es, cuando dos gobernadores católicos fueron arrojados por las ventanas por los protestantes, hecho que dio comienzo a la Guerra de los Treinta Años.

Otras áreas de interés son el Ala Teresiana, construida por María Teresa en el año 1766. Hoy convertida en sala de exhibición de arte creativo, y la Iglesia de Todos los Santos, que guarda los restos de San Procopio y sólo está abierta al público durante los oficios religiosos y conciertos.

Las Torres del castillo de Praga

En el castillo de Praga hay varias torres que además de sus funciones defensivas sirvieron como prisiones. Leyendas y hechos reales se mezclan en la historia de estas torres, algunos más truculentos que otros, pero todos muy interesantes.

La Torre Daliborka 

Fue una cárcel muy famosa que cumplió esta función hasta fines del siglo XVIII. Fue bautizada con el nombre de su primer prisionero, Dalibor de Kozojed, en torno a quien nació una triste leyenda.

Dalibor era un joven caballero sentenciado a muerte por una falta por entonces imperdonable: habría ayudado a unos esclavos rebeldes durante un levantamiento; Dalibor era una especie de “Robin Hood” de aquellos tiempos. Según la leyenda, el joven pidió un violín y aprendió a tocarlo encerrado en la torre mientras aguardaba su muerte. Corrieron los rumores acerca de las bellas melodías de Dalibor, y la gente de Praga se acercaba a la torre para oírlas y llevarle comida y algo de beber.

Se dice que Dalibor era tan popular que las autoridades temían anunciar la fecha de su ejecución. De todas formas, un día el violín dejó de sonar. El compositor checo Bedrich Smetana compuso su ópera Dalibor basada en esta leyenda.

Para aquellos más racionales, hay una explicación “lógica”, aunque bastante más oscura, acerca de por qué se asoció al prisionero Dalibor con un violín. En tiempos medievales se llamaba también violín a un dispositivo de tortura de forma similar al instrumento musical, con agujeros para la cabeza y los brazos.

La Torre Negra

Es la que se encuentra en la entrada este del castillo, junto al Palacio Lobkowicz, y es una de las más antiguas edificaciones del castillo, construida en el año 1135 como parte de las fortificaciones.

El nombre le quedó después del incendio del año 1541, cuando sus paredes ennegrecieron por el fuego y quedaron así mucho tiempo. Durante el reinado de Carlos IV era llamada Torre Dorada por su techo, entonces cubierto de placas doradas.

Fue también utilizada como prisión, pero esencialmente para deudores, quienes eran considerados “mejores prisioneros” que otros y gozaban de ciertos privilegios.

La Torre Blanca

La Torre Blanca se encuentra en el extremo oeste del Callejón del Oro y entre los años 1584 y 1743 fue utilizada como prisión para integrantes de la nobleza, esencialmente deudores o agitadores.

La prisionera más célebre fue una de las mujeres más crueles de la historia checa, Katerina de Lazany, que fue encerrada en los sótanos, desprovistos de ventanas, atada con una soga. Fue acusada en 1534 por los crueles asesinatos de catorce personas, en especial muchachas jóvenes. Katerina murió de frío, hambre y sed abandonada en la torre.

Otras historias de prisioneros famosos hablan del inglés Edward Kelley, el famoso alquimista-charlatán que fue encerrado por Rodolfo II por no cumplir su promesa de convertir plomo en oro.

También fueron encerrados allí varios líderes protestantes luego de su derrota en la Batalla de la Montaña Blanca en el año 1620, antes de ser llevados a la Plaza de la Ciudad Vieja para su ejecución.

La Torre de la Pólvora

Esta torre data del siglo XV y formaba parte de las fortificaciones defensivas del castillo. Destruida por el incendio en el año 1541, fue reconstruida por Tomas Jaros, que era un armero y fabricante de campanas que entre otras, creó a Zikmund, la campana más grande del país que se encuentra en la Catedral de San Vito.

El rey Rodolfo II utilizó también esta torre como laboratorio para sus alquimistas. La torre sirvió como depósito de pólvora y de allí su nombre. Una explosión en el año 1649 la dañó seriamente pero continuó con esa función hasta 1754. Después fue acondicionada como residencia de los sacristanes de la catedral.

Entre los años 1967 y 1980 fue reconstruida como museo y exponía la historia de la fabricación de campanas y las prácticas alquimistas durante el reinado de Rodolfo II. Hoy la torre alberga una muestra del Instituto de Historia Militar.

El puente de Carlos

Es el puente más viejo de Praga, y atraviesa el río Moldava de la Ciudad Vieja a la Ciudad Pequeña.

Su construcción comenzó en el año 1357 con el visto bueno del rey Carlos IV, y fue finalizado en 1402. El Puente de Carlos se transformó en la vía de comunicación más importante entre la Ciudad Vieja, el Castillo de Praga y las zonas adyacentes hasta el año 1841. El puente fue también una conexión importante para el comercio entre la Europa Oriental y la Occidental.

Originalmente esta vía de comunicación se llamaba Puente de Piedra o Puente de Praga, pero lleva su denominación actual desde 1870.

El puente tiene una longitud de 516 metros y la anchura es de casi 10 metros, al tiempo que se encuentra apoyado en 16 arcos. Está protegido por 3 torres distribuidas entre sus dos cabeceras, dos de ellas en Malá Strana y la restante en el extremo ubicado en la Ciudad Vieja.

La torre localizada en la cabecera de la Ciudad Vieja es considerada por muchos como una de las construcciones más impresionantes de la arquitectura gótica en el mundo. El puente está decorado por 30 estatuas situadas a ambos lados del mismo, la mayor parte de las cuales son de estilo barroco y fueron esculpidas alrededor del año 1700.

Durante las noches, el Puente de Carlos es un testigo silencioso de los tiempos medievales. Pero durante el día, su cara cambia completamente y se transforma en un sitio muy transitado. Artistas y comerciantes tratan de hacer dinero a expensas del importante flujo de turistas que todos los días visitan el lugar.

La necesidad de un nuevo puente surgió luego de que el viejo Puente de Judith fuera destruido por una inundación en el año 1342. Este puente de estilo románico había sido bautizado en honor a la esposa del rey Ladislao I.

El Puente de Carlos fue testigo de numerosos acontecimientos y sufrió daños en varias ocasiones

Astrólogos y numerólogos determinaron que Carlos IV debía asistir a la colocación de la primera piedra a las 5:31 horas del nueve de julio del año 1357. Este preciso momento puede ser enunciado como 135797531, y conforma una secuencia capicúa de dígitos impares ascendentes y descendentes, que se encuentra grabada en la torre de la Ciudad Vieja.

El puente fue construido con arenisca de Bohemia. Existe una leyenda según la cual se utilizaron huevos para enriquecer el mortero usado al momento de tender los bloques, con el objetivo de hacerlo más duro. A pesar de que esto no puede ser verificado directamente, análisis recientes han confirmado la existencia de ingredientes orgánicos e inorgánicos en el mortero.

La construcción del Puente de Carlos se prolongó hasta principios del siglo XV. Para sostener económicamente la obra se cobraban peajes, tarea que inicialmente estuvo a cargo de la orden religiosa de los Caballeros de la Cruz con Estrella Roja, y luego de la municipalidad de la Ciudad Vieja hasta el año 1815.

El Puente de Carlos fue testigo de numerosos acontecimientos y sufrió daños en varias ocasiones. En el año 1432, una inundación destruyó tres de los pilares. En el año 1496, el tercer arco, contando desde el lado de la Ciudad Vieja, se desplomó luego de que uno de los pilares descendiera debido a la erosión en la parte inferior. En esta ocasión, los trabajos de reparación duraron hasta el año 1506.

Un año después de la Batalla de la Montaña Blanca, después de la ejecución de los 27 líderes de la revuelta anti-Habsburgo el veintiuno de junio de 1621, las cabezas de los rebeldes fueron expuestas en el puente para disuadir a los checos de nuevos alzamientos.

Hacia fines de la Guerra de los Treinta Años, en 1648, los suecos ocuparon la ribera occidental del Moldava y en su intento de avanzar hacia la Ciudad Vieja, el combate más importante se produjo sobre el puente, y la torre del lado de la Ciudad Vieja sufrió graves daños en uno de sus lados y la mayor parte de los ornamentos góticos debieron ser retirados.

Durante los días de la Revolución del año 1848, el puente escapó ileso a los cañonazos, si bien algunas de las estatuas fueron dañadas

Durante el siglo XVII y principios del XVIII, el puente adquirió la apariencia que tiene ahora, al instalarse una serie de estatuas barrocas sobre los pilares del mismo. Con ocasión de la gran inundación ocurrida en el año 1784, cinco pilares fueron dañados considerablemente y, si bien los arcos no se rompieron, el tránsito por el puente debió ser restringido durante un cierto tiempo.

La escalera original que descendía desde el puente hacia la Isla Kampa fue reemplazada por una nueva en el año 1844. Al año siguiente, una nueva inundación amenazó la integridad del puente, aunque finalmente no se registraron daños de consideración.

Durante los días de la Revolución del año 1848, el puente escapó ileso a los cañonazos, si bien algunas de las estatuas fueron dañadas. En el año 1866, se instalaron las luces de estilo seudogótico, inicialmente a gas, aunque más tarde serían reemplazadas por eléctricas en la balaustrada del puente.

En septiembre de 1890, otra inundación de proporciones catastróficas afectó a Praga y causó importantes daños al Puente de Carlos. Cientos de embarcaciones, troncos y otros materiales flotantes, provenientes de aguas arriba, empezaron a formar una barrera a medida que se apilaban contra el puente.

Como consecuencia de la presión ejercida, tres de los arcos del puente fueron derribados y dos de sus pilares se desmoronaron a causa de la erosión generada por el agua. Junto con el quinto pilar, dos de las estatuas esculpidas, las de San Ignacio de Loyola y Francisco Javier también cayeron al río.

Entre los años 1965 y 1978, se llevaron a cabo importantes obras de mantenimiento en el puente, gracias a la colaboración de varias entidades científicas y culturales. Se reaseguró la estabilidad de los pilares, se reemplazaron todos los bloques de piedra que estaban dañados, se quitó la capa asfáltica que recubría el puente y se prohibió todo tipo de tránsito con excepción del pedestre.

Las treinta estatuas que se encuentran a lo largo del Puente de Carlos, en su mayor parte de estilo barroco, forman una combinación de estilos única, junto con el gótico que prevalece en el puente propiamente dicho.

La mayor parte de las esculturas fueron realizadas entre los años 1683 y 1714, y representan a varios santos y santos patronos venerados en esa época. Entre las esculturas más notables, se cuentan las de Santa Lutgarda, el Crucifijo y el Calvario y la de San Juan Nepomuceno. También es conocida la estatua del caballero Bruncvík, a pesar de que no se halla en ninguna de las dos hileras principales a ambos lados del puente.

La Plaza de la Ciudad Vieja 

Está ubicada entre la Plaza de Wenceslao y el Puente de Carlos. Está usualmente plagada de turistas durante el verano. Ofreciendo varios estilos arquitectónicos como el gótico en la Iglesia de Nuestra Señora en frente del Týn y el barroco en la Iglesia de San Nicolás, la plaza es un oasis para los viajeros cansados de las angostas calles de Praga. Entre varias iglesias, los turistas pueden encontrar en esta plaza el Reloj Astronómico, mientras que la torre del Ayuntamiento viejo ofrece una vista panorámica de la Ciudad Vieja.

En el centro de la plaza se encuentra una estatua del reformador religioso Jan Hus, quien fue quemado vivo por sus creencias. La estatua se conoce como Monumento a Jan Hus fue erigida el seis de julio de 1915 en el 500º aniversario de su muerte.

La plaza no es sólo un popular punto de encuentro, también se realizan en ella algunas celebraciones de Año Nuevo, mercado de festividades de Navidad y Pascua, y protestas.

La catedral de San Vito

Es un templo dedicado al culto católico. Forma parte del conjunto artístico monumental del Castillo de Praga y es la mayor muestra del arte gótico de la ciudad. Desde el año 1989 está dedicada a San Vito, San Venceslao y San Adalberto.

La catedral es de propiedad estatal desde el inicio de su construcción en el siglo XIV

Ha sido el escenario de la coronación de todos los reyes de Bohemia y en ella se encuentran también enterrados todos los santos obispos y arzobispos y un buen número de reyes. La catedral es de propiedad estatal desde el inicio de su construcción en el siglo XIV.

La catedral de San Vito fue la culminación de las reivindicaciones de los reyes de Bohemia que quisieron convertir la diócesis de Praga en arzobispado. La primera piedra fue colocada el 21 de noviembre del año 1344 por el arzobispo de Praga, 

Se erigió en el mismo solar en el que antiguamente se hallaban una rotonda románica y una basílica dedicadas, asimismo, a San Vito, de las que todavía quedan restos. El proyecto se inspiró en el inicial arte gótico francés, tomando como modelo las catedrales de Toulouse y Narbona. De hecho, la catedral de San Vito es una de las últimas muestras importantes, de esta corriente artística.

Se interrumpieron los trabajos a causa de la rebelión husita en el año 1419. Los husitas, contrarios a la veneración de los santos y a las muestras de opulencia propias de la Iglesia católica, saquearon la catedral e hicieron coronar al rey Segismundo en el nuevo templo.

La corte volvió al Castillo de Praga en el año 1485 y se empezó a restaurar la Catedral. Se construyó un nuevo Oratorio Real, obra de Hans Spiesz, símbolo de la soberanía del rey, que se terminó en 1490. Las escenas de la leyenda de San Wenceslao se concluyeron en el año 1509 para la coronación del rey Luis Jagellon.

Fernando I de Habsburgo se convirtió en el primer Habsburgo coronado como rey de Bohemia en el año 1526. De esta época data la Galería de la Música, de estilo manierista, con bóvedas neogóticas, así como la capilla de San Adalberto que posteriormente fue destruida. Maximiliano II de Habsburgo encargó el Panteón Real dedicado a la Casa de Habsburgo en el año 1566 y a sus predecesores en el trono de Bohemia, se terminó en 1589.

El 28 de diciembre de 1929 se abrió al público la catedral totalmente acabada

Los radicales calvinistas causaron grandes desperfectos en la catedral en el año 1619 que tuvo que volver a consagrarse en febrero de 1621, después de la derrota checa en la batalla de la Montaña Blanca. Gaspar Bechteler talló los relieves de madera que conmemoran la defenestración y sus consecuencias.

Con la llegada del barroco, el emperador Leopoldo I de Habsburgo colocó la primera piedra de una nave pero las obras tuvieron que interrumpirse en el año 1675 por falta de presupuesto. De esta época datan las estatuas de los santos patronos checos que hay en la capilla de San Juan de Nepomuceno, el retablo de San Segismundo de Frantisek Weis y la tumba de San Juan de Nepomuceno.

En el año 1844, Václav M. Pesina pidió que se acabara la catedral, hecho que no ocurriría hasta 1839 al constituirse una Sociedad que se interesó en ello. Se empezó, en el año 1862, los trabajos restaurando el presbiterio del que eliminó gran parte de los añadidos barrocos.

Con motivo del retorno a Praga de las Joyas de la Corona Checa, se reformó la Cámara de la Corona; paralelamente se finalizaron las obras de la bóveda principal y de la fachada Oeste. El 28 de diciembre de 1929 se abrió al público la catedral totalmente acabada.

Su fachada oeste es de estilo neogótico fue la primera que se terminó. Está decorada con estatuas de catorce santos, la del rey Carlos IV y uno de sus arquitectos. Los portalones de bronce se construyeron en el año 1927. En total son tres puertas: en el central se halla representada la construcción de la catedral, en el de la derecha: la vida de San Adalberto y en la de la izquierda que, desde 1929 es la fachada principal, la vida de San Wenceslao.

El rosetón fue diseñado en el año 1928, y representa la Creación. Las dos grandes torres de la fachada principal responden a una factura que claramente recibe influencias de la gran catedral gótica de Burgos.

Durante cinco siglos, la fachada Sur fue la entrada principal de la catedral. En ella destaca la Puerta Dorada que debe su nombre al fondo rojo y dorado de los mosaicos venecianos, en la que se representa el Juicio Final, obra excepcional en la Europa Occidental.

En el centro de estos mosaicos se puede distinguir la figura de Jesucristo sobresaliendo en medio de los seis santos patronos de la República Checa. A ambos lados de Jesucristo se hallan representadas las ánimas salvadas y las condenadas. En ellas se puede reconocer al rey Carlos IV y a su última esposa Isabel de Pomerania. Para su realización se necesitaron más de 40.000 piezas. Entre los años 1967 y 1980 se intentaron restaurar sin llegar a lograrlo.

La torre principal, situada en esta fachada, fue construida en el año 1770. Tiene 99 m de altura y está coronada por una cúpula renacentista. La balaustrada, lo mismo que la cúpula, es de estilo renacentista.

La Catedral de San Vito presenta una planta de tres naves con un transepto, deambulatorio y capillas. Es la obra maestra de Peter Parler que introdujo modificaciones e innovaciones en el proyecto de Matías Arras.

Construido entre 1868 y 1873, es de estilo neogótico, pero conserva detalles renacentistas del siglo XVII. Los relieves de madera fueron realizados entre los años 1625 y 1650. El de la izquierda representa la huida de un rey de un invierno y el de la derecha una vista de Praga del año 1620.

La tumba de San Juan Nepomuceno fue construida en el año 1736, es de plata. Fue encargada por Carlos VI y financiada por suscripción popular. La dinámica de la obra remarca la apoteosis del santo. En este mismo lugar se encuentran las tumbas de catorce obispos de Praga.

Es una de las pocas obras barrocas de la catedral que han quedado intactas hasta hoy. Su altura es de cinco metros. Las estatuas de los patrones checos fueron realizadas en el año 1699.

Tumba de San Juan Nemopuceno

Al Panteón Real se accede por la Capilla de la Santa Cruz. En este rincón todavía pueden verse los restos de la antigua Rotonda de San Vito, que se hallaba en el lugar que hoy ocupa la Catedral.

En el Panteón Real se encuentran los restos de Carlos IV de Bohemia, sus hijos y su mujer; los del rey Wenceslao IV, Ladislao el Póstumo, Josep de Podebrady, Rudolf II y María Amelia, hija de la emperatriz María Teresa de Habsburgo. Los sarcófagos fueron restaurados en el año 1935, siguiendo la impronta del arte contemporáneo checo.

Fuente: Nueva Tribuna bajo licencia creativecommons

Esta entrada fue modificada por última vez en 05/01/2020 15:40

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