Un equipo multidisciplinar de 34 investigadores realizó la expedición más grande jamás realizada a la cima del mundo: el monte Everest. La misión, bautizada como National Geographic and Rolex Perpetual Planet Everest Expedition, estuvo conformada por glaciólogos, geólogos, meteorólogos, biólogos y cartógrafos, y tuvo como objetivo analizar las consecuencias de la actividad humana sobre el entorno y su población. Sus resultados, un año después, acaban de publicarse en la revista One Earth.
La magnitud de esta expedición ha permitido a los diferentes equipos estudiar múltiples efectos de la acción del hombre: desde el deshielo de los glaciares y el riesgo de desprendimientos, hasta la pérdida de la biodiversidad y agrodiversidad en el Himalaya, pasando por el aumento de la presión atmosférica o los cambios en los patrones de las precipitaciones. Han detectado incluso microplásticos en las zonas más altas.
Uno de los trabajos más relevantes de esos tres meses de recogida de datos ha sido la comparación de la masa de hielo de las últimas seis décadas. Gracias a una serie histórica de fotografías tomadas por satélite, los investigadores han observado una pérdida constante de la masa desde los años 60 hasta el presente.
Los glaciares ubicados a 5.000 metros de altitud han adelgazado un metro al año desde 1960
Según King y sus compañeros, la razón principal de este deshielo se encuentra en el aumento de las temperaturas. “El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) predice un mayor calentamiento en esta región en todos los escenarios que contempla en sus trayectorias de concentración de gases de efecto invernadero, por lo que esperamos que la pérdida de hielo continúe al menos al ritmo actual en las décadas futuras”, explica King.
Si continúa la regresión de los glaciares, los científicos temen que a medio plazo este deterioro pueda disminuir los recursos hídricos de las poblaciones locales en los próximos decenios, ya que el agua del deshielo de los glaciares del Himalaya es una de sus fuentes principales, sobre todo fuera de los monzones.
“Dentro del Valle del Khumbu, el derretimiento de los glaciares proporciona el 65 % del agua utilizada por la comunidad local durante la estación seca. El continuo derretimiento de los glaciares y el declive de la capa de nieve aumentará claramente el estrés hídrico dentro de la región del monte Everest antes del inicio del monzón de cada año”, concluye este estudio.
El derretimiento del hielo no es sino uno de los muchos efectos que provoca el aumento de las temperaturas sobre el monte Everest. Otro importante hallazgo de la expedición 2019 National Geographic and Rolex Perpetual Planet Everest Expedition muestra cómo con el paso de los años hay más oxígeno en las zonas altas de la montaña, facilitando la labor de ascensión a los escaladores.
“La atmósfera debajo de la cima se expande a medida que se calienta, lo que provoca que la presión del aire aumente en el Everest. En consecuencia, la presión del aire es proporcional a la cantidad de oxígeno. En promedio, el calentamiento facilitará ligeramente la respiración en la cumbre, pero no olvidemos algunas de sus otras consecuencias”, advierte a SINC Tom Matthews, climatólogo en la Universidad de Loughborough (Reino Unido) y coautor de otro de los estudios, publicado en la revista iScience.
“El calentamiento facilitará ligeramente la respiración en la cumbre, pero no olvidemos algunas de sus otras consecuencias”, advierte Tom Matthews
Aunque pudiese parecer una particularidad de la montaña asiática, Matthews afirma que este fenómeno se puede aplicar a todas las cumbres del mundo, aunque cree que solo tiene sentido en las más altas. “Esto se debe a que el cuerpo humano es más sensible a los cambios de oxígeno a una presión menor. Es decir, a mayor altitud”, argumenta.
“El aumento de la presión atmosférica en las cumbres y de la disponibilidad de oxígeno refleja el calentamiento mundial de la atmósfera”, expone.
Desvinculado en parte de la crisis climática, pero ligado a la acción humana, un tercer estudio emitido por esta expedición y publicado en la revista One Earth alerta de la presencia de microplásticos en las zonas más altas del Everest.
“De acuerdo con nuestros resultados, se ha encontrado contaminación microplástica desde el fondo del mar hasta cerca de la cima de la montaña más alta del mundo —a 8.440 metros sobre el nivel del mar—. Aunque a menudo está ligada al océano, la contaminación plástica es omnipresente en nuestro medio ambiente”, certifica a SINC Imogen Napper, doctora en Ciencias Marinas, investigadora en la Universidad de Plymouth (Reino Unido) y autora del estudio.
“Aunque a menudo está ligada al océano, la contaminación plástica es omnipresente en nuestro medio ambiente”, afirma Imogen Napper
La mayor concentración de micropartículas se detectó en el Campo Base del Everest, donde los escaladores pasan una cantidad considerable de tiempo. Allí, la muestra albergaba 79 microplásticos por litro.
Lejos de los focos de contaminación que acaban vertiendo plástico a los mares, en esta ocasión procede del material que se emplea en este tipo de expediciones, como fibras de poliéster, acrílico, nailon y polipropileno.
“Esos materiales se utilizan cada vez más para fabricar la ropa de exterior de alto rendimiento que usan los escaladores, así como tiendas de campaña y cuerdas de escalada, por lo que sospechamos que este tipo de artículos son la principal fuente de contaminación en lugar de cosas como recipientes de comida y bebida”, considera Napper.
Según la autora de la publicación, “los esfuerzos medioambientales tienden actualmente a centrarse en reducir, reutilizar y reciclar residuos más grandes. Esto es importante, pero también debemos empezar a centrarnos en soluciones tecnológicas más profundas que se centren en los microplásticos, como cambiar el diseño de las telas e incorporar fibras naturales en lugar de plástico cuando sea posible”, señala la autora.
“Saber que estamos contaminando cerca de la cima de la montaña más alta de la Tierra es una verdadera revelación: tenemos que proteger y cuidar nuestro planeta”, concluye la investigadora.
SINC
Dirijo AstroAventura. En 2019 creé esta revista digital para amantes del cosmos y la aventura. Hoy, tiene una gran aceptación entre los hablantes en español apasionados de estas temáticas. Seguid acompañándonos al mundo curioso.