La falla de Silfra en Islandia, una grieta entre continentes formada por el movimiento constante de dos placas tectónicas, es una maravilla geológica. Debido a esto, se ha convertido en uno de los principales destinos de buceo del mundo, donde los buzos y los submarinistas pueden literalmente flotar entre los continentes norteamericano y euroasiático; en algunas de las aperturas más estrechas, se pueden tocar ambos lados a la vez.
También es el lugar en el que encontramos algunas de las aguas más cristalinas del mundo, resultado de un fascinante proceso de filtración natural en el que las aguas de deshielo del cercano glaciar Langjökull se filtran a través de la lava subterránea permeable en un periodo de 30 a 100 años antes de desembocar en Silfra. Con una visibilidad de más de 120m, hay una vista clara tanto de la impresionante geografía submarina como de las alfombras de algas esmeralda que iluminan los pisos de la falla.
Las aguas de Silfra ofrecen cuatro lugares principales para la inmersión: la Gran Grieta, donde se encuentran los puntos más estrechos (0,5 m) y profundos (45 m) de la falla; la Sala Silfra, donde la grieta se ensancha en un notable sistema de cuevas; la Catedral de Silfra, con sus exquisitas paredes de roca de lava; y la Laguna Silfra, favorita para los buceadores, donde las algas son más vibrantes.
Esta entrada fue modificada por última vez en 16/03/2023 17:59