La humanidad ha creado redes de telescopios y observatorios que escudriñan el cielo durante la noche y el día en todas las longitudes de onda. El 19 de octubre de 2017 el astrónomo Robert Weryk, con imágenes de Pan-STARRS en Hawái, encontró un objeto extrañamente largo y en una órbita hiperbólica. Su trayectoria mostraba una proveniencia de las estrellas y que estaba realizando un sobrevuelo breve en nuestro sistema solar, siendo el primer visitante interestelar confirmado.
En astronomía, cuando se encuentra un objeto en el espacio, lo primero que se desea hacer es conocer cuál es su trayectoria pasada y futura. Para esto se requiere ubicarlo en varios instantes de tiempo. Cuando se estudiaba su trayectoria teórica contra las posiciones medidas se encontraba una discordancia causada por una aceleración diferente a la de la gravedad del Sol y los planetas.
Los cometas suelen objetos helados que sufren procesos de sublimación por el calor del Sol durante su paso por el perihelio. Los gases que son liberados, por tercera ley de Newton, provocan una aceleración sobre el cometa. Se creía Oumuamua estaba sometido a un fenómeno similar, sin embargo, las mediciones experimentales no favorecían esta explicación y aparecían fuertes inconsistencias con los modelos actuales.
Las exhaustivas observaciones del viajero interestelar mostraron una ausencia de cola cometaria. El nuevo estudio del equipo dirigido por Jennifer B. Bergner propone que en su origen era un plantesimal compuesto de hielo y que fue disparado durante la formación de su sistema estelar. Toda su evolución habría estado sometida a las perturbaciones del medio interestelar.
Las partículas altamente cargadas que impactaban con Oumuamua rompieron las moléculas de hielo, la cual es una forma increíblemente eficiente de producción de H2. El hidrógeno liberado quedó atrapado en la matriz, para finalmente escapar en su paso por el sistema solar. Esta explicación satisface de mejor manera las observaciones. Es necesario destacar que este mismo hidrógeno diatómico no podría ser detectado por la espectrografía en óptico e infrarrojo que fue realizada.
Aunque los modelos computacionales sobre flujo de calor y producción de H2 sobre Oumuamua ofrecen una muy aproximación a los datos obtenidos, siguen existiendo ciertas limitantes. La primera de ellas es una mejor aproximación a la mezcla de elementos presentes y la proliferación de gases a diferentes rangos de temperatura en los varios grosores de hielo.
El mayor problema es el límite superior de partículas micrométricas en el objeto, dado que se han detectado algunas con tamaños mayores a 100 micrómetros. Esto mismo solamente se ha evidenciado en grandes cometas del sistema solar.
Este mismo estudio abre la puerta a conocer mejor como puede ser el comportamiento de los objetos en la nube de Oort y sus afectaciones por la ausente protección de la heliosfera. Así como muestra que cometas de menor tamaño deberían mostrar aceleraciones no gravitacionales similares a las de Oumuamua. Todavía se requieren más estudios para entender correctamente el funcionamiento de estos maravillosos objetos.
Esta entrada fue modificada por última vez en 02/04/2024 20:45
Jefe de sección Cosmos. Especialista del programa lunar Apollo, mecánica celeste e impresión 3D. Universidad Nacional de Colombia.