En este caso, la señal de radio emitida por el hidrógeno atómico es una onda de luz con una longitud de 21 centímetros. Debido a la enorme distancia que recorrió antes de ser interceptada por el GMRT, la línea de emisión de 21 centímetros se había estirado por la expansión del espacio hasta alcanzar los 48 centímetros, un fenómeno descrito como desplazamiento al rojo de la luz.