«Estas ancianas estrellas permanecen en silencio durante años o décadas y luego echan nubes de humo de forma totalmente inesperada», explicó el profesor Dante Minniti de la Universidad Andrés Bello, Chile.
Al principio, los investigadores querían captar las estrellas recién nacidas, conocidas como protoestrellas, que raramente se ven, en la fase en que experimentan un repentino crecimiento y estallan en llamas. Los científicos siguieron a casi mil millones de estrellas e identificaron 32 protoestrellas llameantes que habían aumentado su brillo al menos 40 veces y, en algunos casos, más de 300 veces.
«Estos estallidos se producen en el disco que gira lentamente, lo que está formando un nuevo sistema solar. Ayudan a crecer a la estrella recién nacida que se encuentra en el centro, pero dificultan la formación de planetas», afirmó el profesor Zhen Guo, de la Universidad de Valparaíso, Chile.
«Una tercera opción era que fueran estrellas gigantes más viejas desprendiendo materia en las últimas etapas de su vida, exhalando gases como viejos fumadores», agregó.
«No obstante, el descubrimiento de un nuevo tipo de estrella que arroja materia podría tener un significado más amplio para la propagación de elementos pesados en el disco nuclear y las regiones ricas en metales de otras galaxias», concluyó el profesor Lucas.
Esta entrada fue modificada por última vez en 03/04/2024 14:07
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