El nacimiento de la humanidad ha sido el mayor enigma que ha acompañado al hombre en toda su historia, un rompecabezas que mentes prominentes siempre han tratado de explicar y que ahora parece estar cerca de ser resuelto con la llegada de las muestras del asteroide Ryugu a uno de los laboratorios más sofisticados de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA).
La cápsula con material de ese asteroide llegó este 8 de diciembre al Centro de Muestras Extraterrestres de la ciudad japonesa de Sagamihara, donde se hará un exhaustivo análisis que podría arrojar luz sobre el origen de la vida en nuestro planeta.
El Ryugu, con un diámetro de unos 980 metros, pertenece al llamado grupo de asteroides de tipo C (por su alto contenido en carbono) y se considera que posiblemente una de estas rocas trajo agua a la Tierra hace millones de años.
La sonda Hayabusa 2 fue lanzada en diciembre de 2014 en busca del asteroide Ryugu. Tras viajar más de tres años y medio gracias a su motor iónico, en junio de 2018, dio alcance a la roca cósmica a unos 300 millones de kilómetros de la Tierra. Se aproximó al asteroide a una distancia prudencial de 20 kilómetros y desde ahí comenzó a observar su superficie para tentar posarse.
Los preparativos para el aterrizaje se extendieron más del tiempo planificado, debido a que el suelo resultó ser más rocoso de lo esperado. Finalmente a principios de 2019 comenzó a descender a una velocidad de 90 centímetros por segundo. Ese histórico 22 de febrero de 2019, el equipo del centro de control de vuelo de JAXA estalló de júbilo al posarse la sonda en la superficie del asteroide.
El aparato recogió las primeras muestras del suelo y volvió a alejarse de Ryugu. Los avanzados dispositivos de a bordo realizaron los primeros análisis y enviaron la información a Tierra. En marzo, los investigadores sorprendían al mundo al anunciar que se había descubierto minerales en el asteroide que contenían agua e hidrógeno. El hallazgo sustentaba indirectamente la teoría del origen cósmico del agua en nuestro planeta.
Tras meses de estudios y captar imágenes, Hayabusa 2 inició en noviembre de 2019 el largo retorno a la Tierra con su preciada carga, muestras del suelo de Ryugu guardadas en una robusta cápsula metálica a prueba de altas temperaturas.
La semana pasada, a unos 220.000 kilómetros de nuestro planeta, la sonda expulsó a la cápsula que impactó el 5 de diciembre en una zona desértica de Australia.
El material llegó intacto y los expertos del Organismo de Exploración Aeroespacial del Japón (JAXA) realizaron los primeros análisis de los gases contenidos en el contenedor el 7 de diciembre. En una declaración cautelosa, el organismo dijo que no podía confirmar que la sustancia procedía de las muestras del asteroide e informó de que los estudios continuarían en el Japón.
El 8 de diciembre, la cápsula llegó a la sede del JAXA en la ciudad japonesa de Sagamihara. El regreso ha sido sólo una de las fases -quizás la más épica- de la misión, pero ahora comienza una etapa crucial en la que ponemos toda la tecnología desarrollada hasta ahora por la humanidad para intentar descifrar los misterios sobre nuestro origen y posiblemente esperar resultados sorprendentes en las próximas semanas o meses.
En cuanto a la sonda Hayabusa 2, que mide 1,5 m. de largo y 1,6 m. de ancho y pesa 600 kilos, no se está retirando y está comenzando un nuevo viaje, ahora va a la caza del asteroide 1998KY26, que orbita entre la Tierra y Marte. Se espera que alcance su objetivo en julio de 2031 en algún lugar del universo.
Con la información de Sputnik News
Esta entrada fue modificada por última vez en 29/04/2021 14:12
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