Mercurio, el planeta más cercano al Sol, es un mundo fascinante que debido a su ubicación pocas misiones han llegado a explorarlo desde cerca. Muestra una apariencia similar a la de la Luna, con un particular color gris y un gran número de cráteres de diversos tamaños. Debido a la limitación de información y observaciones, desde hace más de cincuenta años investigadores buscan una explicación para extrañas depresiones y agujeros en la superficie del planeta.
A lo largo de la historia, solo dos naves han explorado de cerca a Mercurio. Mariner 10 realizó varios sobrevuelos en la década de los setenta, permitiendo crear un primer para de la mitad del planeta. No sería hasta 2008 que la sonda MESSENGER efectuaría un nuevo acercamiento y en 2011 lograría entrar en órbita por primera vez en la historia. Actualmente, BepiColombo se encuentra rumbo a Mercurio para ayudar a resolver los misterios de este peculiar mundo.
Debido a su cercanía con el Sol, explorarlo es un gran desafío. Las naves necesitan de varias asistencias para superar el pozo gravitacional en el que se encuentra. Cuenta con temperaturas que varían entre los -180 hasta los 430 grados Celsius. Se cree que a lo largo de la historia fue fuertemente bombardeado por los restos de la formación de los otros planetas.
La proximidad a la estrella y las constantes llamaradas solares lograron arrancarle intentos de formación de una atmósfera, además de cualquier probabilidad de contar con agua líquida en su superficie. Sin embargo, cuenta con una tenue pero extensa cola de sodio, similar a un cometa.
Durante las más de 4 000 órbitas de MESSENGER alrededor de Mercurio, se creó el mapa más completo y de mejor calidad hasta la fecha. Mostrando su superficie con una increíble resolución, permitiendo estudiar los cráteres y las extrañas formaciones geológicas. Entre ellas, los llamados agujeros o huecos, cuya existencia sorprendió a los investigadores.
Los agujeros corresponden a miles de depresiones en el terreno a lo largo de todo el planeta, con tamaños variables entre unos pocos metros hasta casi 2 kilómetros y 37 metros de profundidad. Esto nunca había sido observado en ningún otro lugar del sistema solar.
Tratando de entender el origen de los agujeros, se usaron los datos de MESSENGER para analizar la edad y composición de estos. Generalmente, se encuentran en cráteres con hasta 4 000 millones de años de antigüedad, mientras los huecos muestran material joven no mayor a 100 000 años.
Se suele pensar en Mercurio como un mundo que permanece intacto a lo largo del tiempo, dado que el único proceso geológico que tiene lugar es el impacto ocasional de micrometeoritos. Sin embargo, debe existir algún mecanismo para crear estas formaciones relativamente jóvenes.
Una de las hipótesis más llamativas propone que durante el impacto de un gran asteroide, parte del material enterrado saldría a la superficie en los llamados anillos de picos, los cuales son elevaciones en el terreno en la zona central del cráter. Los elementos presentes en la zona serían expuestos por primera vez al intenso calor y radiación solar, provocando que compuestos volátiles se evaporen y afecten la integridad de la roca, facilitando su erosión por otros mecanismos.
BepiColombo espera encontrar explicaciones a esos misterios en los próximos años. Siendo hasta el momento la única alternativa disponible para entender mejor a Mercurio. Este mundo es la clave para conocer la historia del sistema solar, su formación y evolución. Ayudando a mejorar la comprensión de la humanidad sobre su lugar en el universo.
Esta entrada fue modificada por última vez en 03/04/2024 14:08
Jefe de sección Cosmos. Especialista del programa lunar Apollo, mecánica celeste e impresión 3D. Universidad Nacional de Colombia.