En una eventual llegada al “planeta rojo” es prioritario evaluar qué pasa con la microbiota, que son los microrganismos que conviven con el humano en su intestino, piel, nariz y boca, entre otros órganos, y que resultan claves
UNAL/DICYT “La microbiota corresponde a los microorganismos y especies reconocidas dentro del cuerpo humano, no cada individuo por separado, sino su función como grupo, mientras que el microbioma son las condiciones donde viven esos organismos, como las estructuras o las proteínas, o lo que determine cierto comportamiento en ese lugar”.
Así lo explica la profesora María Camila Orozco, magíster en Ciencias Biológicas e investigadora del Grupo de Ciencias Planetarias y Astrobiología (GCPA-UN) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y agrega que para estos procesos es clave entender que en el cuerpo se da el mutualismo, una relación en la que el humano sirve de “hogar” a ciertos microorganismos, y estos a su vez le brindan beneficios para vivir.
La microbiota no se limita al intestino, también está en la piel, los órganos sexuales, las cavidades nasal y oral, incluso en los pulmones, y la variedad de microorganismos es muy influenciable por el ambiente que los rodea.
Por ello, si se pretende colonizar otros planetas, el ambiente sería diferente y es clave analizar qué pasa con el ser humano, con su microbiota e incluso si alguno de estos microorganismos se puede volver peligrosos para el otro.
Por ejemplo, frente a la microgravedad, un escenario constante en el viaje, la investigadora indica que eso podría desacoplar un poco el tejido del intestino y las células quedarían más expuestas de forma individual, y tampoco se sabe del todo cómo reaccionan los microorganismos a esa condición.