Tianwen-2: la misión china que explorará dos extraños objetos en el sistema solar

Imagen de referencia del cohete Long March 3B que llevará a Tianwen-2.
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Imagen de referencia del cohete Long March 3B que llevará a Tianwen-2.
Tianwen-2 es la siguiente gran misión de exploración del sistema solar de China. La sucesora del orbitador marciano Tianwen tiene como objetivo orbitar un asteroide, recolectar muestras y traerlas a la Tierra para su estudio. Y, por si fuera poco, realizar una asistencia gravitacional para meses después visitar un extraño híbrido entre cometa y asteroide. El lanzamiento está programado para el 28 de mayo de 2025.
Tianwen es un fragmento de una colección de poesía china de hace más de 2200 años. Traducida literalmente como Preguntas Celestiales o Preguntas al Cielo, se refiere a una serie de preguntas al Tian (el Cielo) en verso escritas por Qu Yang. Es una representación que perduró en la historia de la mitología y filosofía de la época.
Mientras el programa Chang’e y la constelación Queqiao se centra en la exploración de la Luna, Tianwen es una serie de misiones que buscan comprender el sistema solar y responder preguntas sobre los distintos cuerpos celestes.
Si bien ya se han realizado misiones a asteroides y cometas, Tianwen-2 es de gran interés por tener como objetivo un cuasisatélite de la Tierra, un extraño ejemplar de cuya naturaleza no se tiene certeza. Las muestras recolectadas podrían dar valiosa información sobre la historia del sistema solar, la Luna o incluso de la propia Tierra.
Originalmente llamada Zheng He, en honor a un antiguo explorador chino, Tianwen-2 será lanzada a bordo de un cohete Long March 3B Y110 desde el centro de lanzamiento Xichang el 28 de mayo de 2025 a las 17:30 UTC.
The China National Space Administration confirms the #LongMarch3B rocket will soon be fueled with propellant.#Tianwen2 https://t.co/2iNYwPYyKT pic.twitter.com/t2HH2W6FIx
— Wu Lei (@wulei2020) May 26, 2025
Aunque similares en nombre, las dos primeras misiones del programa chino de exploración del sistema solar tienen grandes diferencias. En este caso, Tianwen-2 cuenta con un cuerpo cúbico del cual se extienden dos extensos paneles solares circulares de 4.7 metros de diámetro. Estos son encargados de suministrar la energía necesaria para los sistemas vitales de la sonda y alimentar el motor de propulsión iónica.
A la vez cuenta con una gran antena para transmitir telemetría, imágenes y datos de los otros instrumentos científicos. En la parte superior hay una pequeña cápsula de retorno para las muestras recolectadas del primer destino de la misión.
La Luna se considera un satélite natural de la Tierra dado que está acoplada gravitacionalmente a ella. Esporádicamente, algunos asteroides son atrapados igualmente por la gravedad del planeta, al menos durante unos días o semanas antes de escapar nuevamente a espacio profundo.
Pero más allá existen algunos objetos que podrían de cierta forma considerarse como otros satélites de la Tierra. Los denominados cuasisatélites son asteroides cuya órbita se encuentra en resonancia 1:1 con la del planeta, pero con una excentricidad diferente. Dado que ambos toman el mismo tiempo en dar una vuelta alrededor del Sol se da la ilusión de viajar acompañados, y desde el punto de vista del planeta, el cuasisatélite aparenta estar en una órbita distante.
2016 HO3, también conocido como Kamo’oalewa es un asteroide descubierto desde Hawái con el observatorio Pan-STARRS. Este es un cuasisatélite en una órbita muy similar a la de la Tierra. Visualmente, parecería estar acoplado gravitacionalmente como la Luna, pero más de diez veces más lejos.
Uno de los aspectos más interesantes de este asteroide es que puede tratarse de un fragmento eyectado por la colisión de un gran asteroide en la Luna. De ser este el caso, 2016 HO3 tiene información sobre la historia del agua en la Tierra y de las eras antiguas de la Luna.
En 2020 y 2024, con Chang’e 5 y Chang’e 6 respectivamente, China consiguió recolectar muestras de ambas caras de la Luna. En conjunto con la misión de prueba Chang’e 5T1, el gigante asiático obtuvo suficiente información y confiabilidad en el proceso de recolección y reentrada atmosférica para Tianwen-2.
Históricamente, no es la primera vez que se visita un asteroide o se extraen muestras del mismo, el caso más reciente fue OSIRIS-REx con Bennu. Con esta, Hayabusa 1 y Hayabusa 2, la maniobra por elección es touch and go. El principio es acercarse lentamente, recolectar con gran rapidez tanto como sea posible, encender motores y alejarse de los fragmentos libres para evitar daños.
Una alternativa es similar a la empleada por el aterrizador Philae de la misión Rosetta a 67P/Churyumov-Gerasimenko. El principio es aterrizar, pero debido a la baja gravedad del asteroide (o cometa) emplear un tren de aterrizaje que le permita anclarse a la superficie y no rebotar nuevamente al espacio. Una vez ahí se extraen las muestras e igualmente con un pequeño impulso de un motor cohete se escapa del asteroide.
Dependiendo del estado de la nave, dado que Kamo’oalewa tiene una velocidad de giro considerable, se podría buscar un punto medio. Si la superficie no permite aterrizar, Tianwen-2 podría acercarse lentamente hasta mantenerse suspendida sobre una misma zona, empleando sus sistemas de control para igualar la rotación del asteroide.
En los tres casos la recolección de muestras sería llevada a cabo por un brazo robótico que se extiende hasta el asteroide. Este mismo sería responsable de almacenar el material en la cápsula de retorno.
Con imágenes detalladas y mejor información sobre la superficie del cuasi-satélite se tomará la decisión de cuál opción será usada para recolectar las muestras.
Una vez las muestras de asteroide sean recolectadas y aseguradas, Tianwen-2 encenderá su motor para dirigirse a la Tierra. En 2027 y a pocas horas de entrar en la atmósfera, liberará una cápsula especial con el material. Mientras la sonda esquiva la Tierra, la cápsula, viajando a poco más de 12 kilómetros por segundo o 43 200 kilómetros por hora. Al chocar con los gases de las capas altas a gran velocidad, estos perderán sus electrones y emitirán un intenso brillo.
La cápsula de retorno, descendiendo como una veloz bola de fuego, perderá energía lentamente hasta alcanzar una velocidad segura para desplegar un paracaídas supersónico. Finalmente, será recuperada por equipos en alguna parte de Mongolia Interior, China.
Para sobrevivir a este frenético descenso se desarrolló un nuevo escudo térmico, cápsula y paracaídas especialmente preparados para el perfil de esta misión. Contrario a lo que se esperaría, crearon un diseño desde cero en vez de reutilizar el de las misiones Chang’e 5 y 6.
Traer las muestras a la Tierra es apenas la mitad de la misión. Después de desplegar la cápsula en una trayectoria balística, Tianwen-2 aprovecharía la propia gravedad de la Tierra para impulsarse hacia su próximo objetivo. 311P/PANSTARRS, un extraño híbrido entre un asteroide y un cometa.
311P, es un cuerpo rocoso en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Desde su descubrimiento en 2013 se ha observado como expulsa material, creando hasta seis colas similares a la de un cometa, de ahí el concepto de híbrido entre cometa y asteroide.
Está previsto que para 2034 Tianwen-2 alcance a 311P, activando nuevamente su motor e insertándose en órbita alrededor del asteroide activo. A lo largo de varios meses creará un mapa completo y detallado de todo el asteroide y posiblemente ofrezca una nueva perspectiva para entender los asteroides activos.
La misión Tianwen-3 busca descender nuevamente en Marte, pero esta vez para extraer muestras y regresarlas a la Tierra. De ser exitosa, la humanidad tendría la mejor forma, además de meteoritos del planeta, para conocer sus misterios.
Tianwen-4 sería la primera misión China al sistema solar exterior, alcanzando alrededor de 2035 al gigante gaseoso Júpiter, posteriormente se insertaría en órbita alrededor de Calisto. Antes de la llegada a Júpiter, Tianwen-4 desplegaría otra sonda de menor tamaño que con el uso de una asistencia gravitacional se dirigirá a Urano. En 2045 la pequeña sonda sobrevolará al inexplorado gigante helado, ofreciendo las primeras imágenes y datos del planeta desde la Voyager 2.
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