Generalmente, se piensa en las órbitas como regiones dominadas por un único objeto principal, aunque permitiendo el paso de distintos asteroides que a final de cuentas no generan mayor afectación. Desde hace algunos años se predijo la posibilidad de encontrar dos planetas en una única órbita alrededor de la estrella, sin embargo, este fenómeno sería increíblemente raro en el universo y poco probable de detectar. O al menos eso se creía hasta que usando ALMA se encontró el primer candidato a un troyano coorbital.
Equilibrio gravitacional
Los sistemas planetarios son un delicado equilibrio gravitacional entre los diferentes cuerpos que lo componen. Durante millones de años de evolución y formación, las interacciones entre los planetas forjan las órbitas y determinan la ubicación y trayectoria de los objetos menores. Por la propia naturaleza caótica del problema de los tres y ene cuerpos, existen pocas configuraciones estables en el tiempo. La más común de ellas es la que conocemos de planetas en órbitas con distancias distintas.
Un objeto de poca masa, bajo la mutua interacción gravitacional de un planeta y la estrella, puede quedar atrapado en las conocidas como zonas de Lagrange. Puntos específicos de la órbita donde existe un equilibrio entre ambas fuerzas de atracción. Un claro ejemplo de esto es Júpiter y los troyanos, un gran enjambre de asteroides ubicados alrededor de los puntos de Lagrange 4 y 5.
Un troyano especial
PDS 70 o V1032 Centauri es una joven estrella en la constelación del centauro a aproximadamente 370 años luz de la Tierra. Cuenta con un disco protoplanetario, hogar de dos exoplanetas en formación que permitieron, gracias a la gran resolución de ALMA, la primera imagen directa de un protoplaneta.
Gracias al observatorio TESS, se conocía la existencia de dos planetas de tamaño y masa semejantes a las de Júpiter alrededor de la estrella PDS 70. Un equipo de investigadores, encontraron en los datos de archivo de ALMA alrededor de PDS 70b una débil señal, cuyo origen correspondía con el punto L5. Dando pistas de la presencia de una nube de escombros con una masa equivalente a dos veces la de la Luna.
Se cree esta nube puede ser producto de la existencia o formación de un troyano de masa considerable en el sistema. De ser así, existen dos planetas alrededor de una misma estrella con periodo de rotación y condiciones de habitabilidad iguales. Lo cual, a pesar de haberse predicho, no deja de ser un hallazgo increíblemente extraño y llamativo.
La paciencia en la ciencia
Es necesario aclarar que el objeto está catalogado actualmente como un candidato a troyano coorbital, el equipo de investigadores espera realizar nuevas observaciones en febrero de 2026, cuando ambos cuerpos deben moverse detrás de la estrella, para determinar mejor su naturaleza. Así como sentar las bases y ofrecer motivaciones para continuar la búsqueda de más sistemas de troyanos en otros sistemas estelares.