Escándalo de espionaje en la Crew 12, un astronauta ruso expulsado por fotografiar material secreto de SpaceX

El astronauta ruso Oleg Artemyev fue apartado del entrenamiento y la misión Crew 12 lanzada por SpaceX por espionaje. El cosmonauta examinaba materiales confidenciales de la empresa estadounidense para su entrenamiento en un vuelo en el cohete Falcon 9 cuando realizó fotografías con su teléfono móvil. Tras ser descubierto, la respuesta local fue inmediata expulsándolo del vuelo Crew 12 al que estaba asignado.

Fotografía del acusado de espionaje
Retrato oficial de Oleg Artemyev para una misión anterior. Fuente: NASA

¿Era necesario el espionaje contra SpaceX?

El espionaje entre potencias espaciales no es novedoso, pero sí es más sorprendente que esto haya sucedido de manos de un astronauta en activo. En realidad, no es lo más probable que haya sido una orden directa del Kremlin, sino una de las empresas que construyen cohetes en Rusia, que actualmente ven su negocio extremadamente mermado por la debilidad del presupuesto nacional. Esta explicación, proveniente del país euroasiático, se justifica en que el cosmonauta estaría a punto de pasar a trabajar para una de ellas.

En décadas pasadas, Rusia controlaba una parte sustancial del mercado de lanzamientos internacional, un importante negocio cuyo volumen aumenta año tras año. Ahora ese mercado está dominado por SpaceX, y su motor Merlin 1D, el primero en la historia que es capaz de resistir una reentrada y volver a lanzarse sin apenas mantenimiento. Según la información pública, información de él era la que logró extraer de las oficinas de Hawthorne Oleg Artemyev. 

Lo sorprendente es, que técnicamente, el Merlin no es un motor particularmente avanzado. La tecnología rusa debería ser capaz de presentar soluciones más avanzadas que las del estadounidense. La información del motor es posible que estuviera relacionada con el apartado de la refrigeración, muy sensible en una reentrada, pero no deja de ser sorprendente. 

Despegue de una nave Soyuz tripulada.
Lanzamiento de la Soyuz MS-28 desde la plataforma 31 de Bairkonur. Fuente: Rosocosmos

El desolador panorama ruso

Por primera vez en más de una década, Roscosmos está cerca, o relativamente de lanzar un nuevo cohete. Que pese a compartir nombre con la familia de lanzadores, el Soyuz 5 no se parece en nada. De hecho, rompe la eterna relación de Rusia en el espacio con el R-7 Semyorka, especialmente al hablar de vuelos tripulados. Se espera que cuando la nueva cápsula que reemplazará la Soyuz esté disponible, se lance en este nuevo cohete.

Este nuevo cohete tampoco es un gran espectáculo y palidece en comparación con vehículos de la clase producidos en otros lugares en estos momentos. Inferior en capacidad al Ariane 6, sin saber aún el precio por lanzamiento, se espera que sea similar al europeo. El único en estos momentos del mundo en esta clase al que podría equipararse. El H-3 japones es significativamente más barato, mientras que el resto de la competencia ya es reutilizable o en proceso de serlo. En China aún están estudiando el fallo en el aterrizaje del ZhuQue-3, pero la visión general es que Rusia está muy atrás en el desarrollo de lanzadores.

Esta es realmente una novedad, en la Unión Soviética e incluso durante un breve periodo en la Rusia post comunista se construyeron portentos técnicos. Aunque, en Estados Unidos es fácil decir que sus motores siempre tuvieron diseños técnicamente más complejos, también solían venir aparejados con una notable falta de potencia debido al uso de hidrógeno como combustible. Este problema persiste hoy en día en el caso del SLS de la NASA y en menor medida en el Ariane 6, con motores extremadamente avanzados, RS-25 y Vulcain 2.1, de escasa potencia.

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