Esta es una foto del llamado techo del mundo: el Himalaya, la cordillera más alta del planeta. A ella pertenecen 10 de los 14 picos de más de 8.000 ms de altitud que existen. La cordillera del Himalaya es una cadena de montañas de más de 2.500 km de largo y 220 km de ancho. Desde los satélites, se distingue como una cicatriz en la Tierra.
El Himalaya comenzó a formarse hace 65 millones de años, a finales del Mesozoico, y aún hoy continúa elevándose. Es el ejemplo más claro de cordillera mecánica, es decir, sus montañas se formaron por el choque entre continentes. Se debe a que las placas tectónicas están siempre en movimiento, se desplazan y colisionan entre ellas. Es la llamada deriva continental, descubierta por Wegener en 1912.
Tras la ruptura de la última Pangea, el continente indio se separó de África y comenzó a desplazarse hacia el norte. Al aproximarse a Asia, la parte oceánica de la placa india se hundió bajo la asiática. El océano entre ellas desapareció. Al final, ambos continentes chocaron, plegaron la tierra e hicieron que se elevase. Hoy, la placa india continúa avanzando entre 2 y 4 cms por año, lo que hace que el Himalaya siga creciendo. En la última medición, el Everest, su pico más alto, tenía 8.850 ms de altitud.
A lo largo de su Historia, la Tierra ha vivido tres grandes procesos de formación de cordilleras, llamados orogenias. El Himalaya nació durante la última orogenia, la Alpina, al igual que toda la cadena de montañas que va desde los Alpes hasta el Cáucaso.