¿Qué pasó con las primeras bases militares en el espacio?

Maqueta de una estación Almaz en el centro de aviación y cosmonáutica de Moscu. Fotografía de wikicommons

La década de 1970 vio despegar algunas de las disparatadas ideas que crecieron en los principios de la carrera espacial. Entre ellas se encontró la primera base militar extra planetaria, la llamada oficialmente Salyut-2. Sin armas ofensivas a bordo, era un sistema de reconocimiento equipado con telescopios y dos cosmonautas que espiaban a los Estados Unidos desde la órbita.

Diseño de la estación Almaz con una nave Soyuz acoplada
Imagen de como luciría una estación Almaz con una nave Soyuz acoplada. Fuente: Daniel Marin

Los militares y el espacio

El mundo militar y el espacial hasta el día de hoy están estrechamente relacionados, y aunque parece que la dependencia se reduce, no es creíble que su presencia desaparezca pronto, ni siquiera su preminencia. Pero al principio, la relación era mayor aún que ahora, por eso existían más planes de crear transbordadores militares e incluso, estaciones espaciales tripuladas como bases en el espacio ultraterrestre.

Ambos casos llegaron a cumplirse en cierta medida, en Estados Unidos el transbordador espacial voló decenas de misiones dedicadas a fines militares con labores como el lanzamiento y recuperación de satélites, reconocimiento y espionaje. Aunque su principal cometido nunca llegó a estar cerca de cumplirlo. Debería haber podido despegar desde la base aérea de Vanderberg con al menos una cabeza nuclear con la que realizar un ataque preventivo sobre Moscú. Ahí estaba el origen de las enormes alas con las que estaba dotado el aparato de la NASA.

En la Union Soviética, más preocupados por los retrasos en sus desarrollos no tripulados, que estaban por detrás en capacidades respecto a los estadounidenses se propusieron salvar las distancias con una estación espacial tripulada. Embebidas parcialmente en el programa Salyut para camuflar su naturaleza militar, eran notablemente diferentes a sus contrapartes civiles.

Infografía del diseño de las estaciones Almaz
Diagrama de un diseño preliminar con dos cápsulas TKS acopladas a la estación Almaz. Fuente: Paco Arnau

Las estaciones militares Almaz

Bajo el nombre de Salyut 2, 3 y 5 el programa Almaz (diamente) recibió a tres tripulaciones solamente. La primera estación nunca llegó a recibir ninguna nave por el impacto de multiples fragmentos de la etapa superior de su cohete lanzador. Esta explotó una vez en órbita y los restos agujerearon la estación hasta hacerla inhabitable.

Para la Salyut 3 sí hubo más trabajo, primero la Soyuz 14 logró acoplarse apenas una semana después del lanzamiento de la base espacial. Una vez a bordo completaron algunas misiones de reconocimiento empleando el equipamiento de la estación consistente en potentes observatorios terrestres. Antes de abandonar la nave colocaron varios rollos de película fotográfica en una cápsula de regreso a la Tierra.

La misión duró 15 días, durante los cuales realizaron dos horas de ejercicio al día. Eso les permitió ser capaces de salir de la cápsula una vez de vuelta en tierra por su propio pie, un logro en aquellos años. La Soyuz 15, que estaba previsto que continuase su misión no logró establecer una buena unión durante el acoplamiento y ante las deficiencias que presentaba la Soyuz 7K-T se vieron obligados a regresar sin entrar en la Salyut 3. Debido a que las modificaciones llevarían demasiado tiempo se abandonó la estación tras eyectar la cápsula con la película recopilada por la primera tripulación. La operación fue un éxito y aterrizó el 23 de septiembre de 1974.

Por último, una ametralladora pesada situada a bordo de la estación realizó al menos tres disparos de prueba. Es la única vez que un arma de fuego se ha disparado en el espacio.

Fotografía que muestra la ametralladora de la estación
Imagen de la ametralladora de la Almaz 2. Fuente: Telekanal Zvezdá

La última estación espacial militar tripulada fue la Salyut 5. A ella se lograron acoplar exitosamente la Soyuz 21 y la 24, la 23 tuvo un fallo del sistema y consumió mucho combustible durante el mismo lo que obligó a la nave a regresar solo dos días después de su llegada. 

La Soyuz 21 envió a dos astronautas que permanecieron en la estación cuarenta y nueve días, pero su abandono de la órbita fue prematura igualmente. La atmósfera de la nave se llenó de un olor áspero y picante, presumiblemente por una fuga de ácido nítrico, usado en la propulsión de la estación espacial.  Antes de eso habían realizado una conferencia audiovisual con alumnos de colegio de la Unión Soviética con el fin de disimular las operaciones militares. Tras el fracaso en la 23, la Soyuz 24 logró acoplarse exitosamente y realizar reparaciones y operaciones normales con los equipos disponibles, también realizaron observaciones científicas del Sol.

Este programa fue rápidamente reemplazado por los satélites no tripulados, incluyendo una serie de ellos usando los esquemas de la estación y colocando grandes aparatos de radar. Ni las operaciones tripuladas ni la subsiguiente serie de satélites fueron especialmente exitosos. Operar una nave espacial es un proceso complejo que requiere mucho tiempo y que muchas cosas salgan bien, por eso en la actualidad no se ven soldados en órbita baja, no es viable.

Martín Morala Andrés

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