¿Por qué los colores intensos en algunos seres vivos son advertencia de ser peligrosos?

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Artículo de divulgación de Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda, científicos del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR)

DICYT – Dos de las estrategias de vida para la supervivencia de las especies son pasar desapercibidas o ser muy notorias. En el primer caso son las especies miméticas o crípticas, que son las que imitan las características del medio que las rodea, para pasar desapercibidas de sus posibles depredadores y no ser consumidas. El ejemplo más común es el camaleón o el pulpo, que pueden imitar los colores del sustrato en el que se encuentran; también el insecto palo, cuyas características físicas son similares a las del lugar donde vive.

Otra variante son los que presentan coloraciones en tonalidades apagadas, usualmente en tonalidades de gris o café. Siendo el ejemplo más común varias de las hembras de aves, lo que les permite pasar desapercibidas cuando empollan en el nido protegiendo a sus huevos o polluelos. También es el caso de las crías de varias especies que se confunden con el ambiente que les permite mimetizarse y no ser predadas cuando los progenitores no están presentes para protegerlas.


La otra estrategia es el presentar colores muy llamativos, que le indiquen a todas las demás especies y sobre todo a los depredadores que está presente y en el sitio. Es como traer puesto un anuncio publicitario que indica dónde estás y que permite que las demás especies te identifiquen claramente sin la menor capacidad de duda. Estas especies utilizan colores contrastantes con el ambiente como son los rojos, negros, amarillos, azules y blancos, principalmente. Las especies con estas características se llaman especies aposemáticas.

 

Las especies aposemáticas son por lo general especies que tienen un sistema de defensa de tipo tóxico o pestilente. Las más famosas por presentar este tipo de fenómeno visual, son las ranas venenosas, cuyos colores, rojo, azul, amarillo brillante, entre otros, advierten que su piel produce químicos mortales, por lo que te avisan dónde están para que no te equivoques y las manipules por error, ya que eso te puede costar la muerte. Este fenómeno también se puede encontrar en las víboras, como las coralillo, aunque en este caso muchas culebras han copiado el patrón de coloración de la coralillo para intentar disuadir a los predadores haciendo lo que se denomina mimetaje. Imitar el patrón de coloración de una especie que es tóxica por otra que no lo es.


La estrategia aposemática también se presenta en algunas especies de hongos y plantas vasculares, las cuales tienen una coloración diferente y contraste en sus estructuras para informar a sus depredadores que son tóxicas para el consumo, por lo que deben de no ser consumidas. Una gran variedad de invertebrados también lo tienen, como la langosta del desierto y la mariposa monarca, que cuando son larvas presenta colores brillantes debido a que son tóxicas por las plantas de las que se alimenta. El aposematismo no es exclusivo de ambientes terrestres, también está en organismos acuáticos como moluscos, anémonas y peces.


Existe un grupo de especies que más que producir una toxina que pueda ser mortal al consumo, pueden expeler compuestos que son desagradables al sabor, olor y en ocasiones irritantes a los ojos. Estas especies pueden combinar un olor característico con un patrón notorio de coloración. Uno de los ejemplos más comunes es el de los zorrillos, a los que sin ser nosotros depredadores, rápidamente los podemos identificar por su patrón de coloración negro con blanco contrastante y su olor característico.

 

Este dueto de características tiene una respuesta inmediata a nuestras personas en que es un bicho al que no debemos de acercarnos, independientemente de que sea la primera vez que lo observemos. Esa es la reacción a una coloración de advertencia, que nos indica que, si traspasamos los límites, algo malo nos puede pasar, y en efecto, si nos encontramos a la distancia del “spray”, antes de que nos demos cuenta quedaremos impregnados con un olor muy desagradable, y que no se quita a pesar de que te bañes y con los ojos, garganta y nariz muy irritados. El fenómeno olfativo visual también es frecuente en insectos, siendo el más notorio las chinches apestosas que también expelen un olor fuerte y desagradable cuando se sienten amenazadas.


Es importante mencionar que no todas las especies llamativas de color son aposemáticas y esto se da principalmente en las aves, donde los machos tienen colores muy llamativos e intensos con fines reproductivos, debido a que las hembras se aparean con los machos de tonalidades más llamativas; en este caso tenemos una gran variedad de especies como los cardenales, calandrias, colibríes, entre otros.

 

Entonces ¿cómo poder distinguir a las especies aposemáticas, que usan su color como advertencia de las que solamente lo utilizan como un método de atracción sexual? Las especies con toxinas conservan el mismo patrón de coloración para ambos sexos y prácticamente no es posible distinguirlo con base en la coloración. Al contrario de las especies en las que se asocia el color con la selección de pareja, solamente uno de los sexos tiene colores llamativos y contrasta notoriamente con el patrón de coloración del otro.