James Webb capta con una nitidez sin precedentes un nacimiento estelar en el universo

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La NASA, junto con la ESA, ha revelado una imagen impresionante del sistema estelar Lynds 483, una región de formación estelar situada a unos 700 años luz de la Tierra, en la constelación de Serpens. La instantánea, capturada por el Telescopio Espacial James Webb, muestra una estructura en forma de reloj de arena creada por el gas y el polvo expulsados por dos protoestrellas en el centro de esta nube molecular densa.

La imagen, que destaca por sus colores brillantes y su forma simétrica, no es sólo un espectáculo visual, sino también una fuente clave para entender cómo nacen las estrellas. Gracias a la sensibilidad infrarroja del Webb, los astrónomos han podido mirar más allá de las densas capas de polvo que, hasta ahora, ocultaban los detalles de este sistema en formación.

Las brillantes eyecciones emitidas por dos estrellas en formación activa conforman Lynds 483 (L483). La luz infrarroja de alta resolución captada por el telescopio espacial James Webb muestra nuevos detalles y estructuras increíbles en estos cuerpos, incluyendo líneas que parecen chocar entre sí. L483 se encuentra a 650 años luz, en la constelación de Serpens. Crédito: NASA, ESA, CSA, STScI

Lynds 483: un laboratorio natural para el estudio de la formación estelar

Lynds 483 es una nube oscura clasificada en el catálogo de nubes moleculares de Beverly Lynds. Su densidad y opacidad hacen que sea ideal para el estudio del proceso de formación de estrellas. En su interior, dos protoestrellas están naciendo simultáneamente, formando un sistema binario que lleva miles de años evolucionando.

Durante esta fase temprana, las protoestrellas aún no han comenzado la fusión nuclear. En cambio, están acumulando masa a través de un proceso llamado acreción, mientras que al mismo tiempo expulsan parte del material en forma de chorros bipolares. Estos chorros de gas y polvo, al interactuar con el entorno, dan lugar a la estructura en forma de reloj de arena que ha captado el Webb.

Lo más llamativo de esta imagen es que las zonas oscuras en los extremos del reloj de arena representan regiones tan densas en polvo que la luz no puede atravesarlas. Sólo la luz infrarroja del Webb ha conseguido penetrar esas capas y ofrecernos una visión nítida del fenómeno.

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Según explican los científicos del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, este ha sido clave para este descubrimiento. “Antes solo podíamos ver una parte del rompecabezas. Ahora, con el Webb, vemos el conjunto completo y con gran precisión“, señalan en su comunicado.

Lo que parecen dos llamaradas gemelas se conoce como Lynds 483 (L483), eyecciones de dos estrellas en formación activa en el centro. Las estrellas están ocultas en un diminuto disco opaco de polvo que cabe en un píxel. Esta es la imagen más detallada de L483 hasta la fecha, obtenida en luz infrarroja cercana de alta resolución por el telescopio espacial James Webb.

Un impulso a la comprensión de los sistemas binarios

Los sistemas binarios, es decir, aquellos compuestos por dos estrellas que orbitan un centro de masa común, no son raros en el universo. De hecho, se estima que más de la mitad de las estrellas de nuestra galaxia pertenecen a sistemas múltiples. Sin embargo, aún queda mucho por entender sobre cómo se forman y evolucionan.

Gracias a esta observación, los astrónomos pueden estudiar cómo interactúan las protoestrellas entre sí en estas etapas iniciales. ¿Compiten por el mismo material? ¿Cómo afecta su presencia mutua a sus discos protoplanetarios? ¿Qué tipo de estrellas formarán al final del proceso?

La precisión de los datos del Webb permite, por primera vez, modelar con detalle estos procesos en tiempo real. Esta información será crucial para futuros estudios sobre la formación de planetas en sistemas binarios y sobre la dinámica de las nubes moleculares donde nacen las estrellas.

astroaventura

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