El intento de ascenso a la cima comenzó un domingo 8 de febrero, sin embargo, una tormenta inesperada, provocó que los montañeros Gervasio Lastra y José Luis Arrabal tuvieran que esperar a ser rescatados.
Ambos tuvieron que soportar temperaturas de hasta -15º C con rachas de viento de 50 km/h sobre una cornisa de medio metro de ancho.
Pasaron nueve días sin comer, hasta que el cántabro Alfonso Alonso, se amarró medio cuerpo fuera del helicóptero y en una operación arriesgadísima consiguió lanzar una bolsa con alimentos, bebida, ropa y una nota de ánimo que cayó en las manos de Lastra.