El hallazgo también ofrece al equipo una visión única de los procesos que acompañan la formación de agujeros negros. La comunidad astronómica cree que un agujero negro de masa estelar se forma a medida que el núcleo de una estrella masiva moribunda colapsa, pero sigue sin quedar claro si este proceso va acompañado o no por una potente explosión de supernova.
“La estrella que formó el agujero negro en VFTS 243 parece haber colapsado por completo, sin signos de una explosión anterior”, apunta Shenar, quien recuerda que la evidencia de “este escenario de ‘colapso directo’ ha surgido recientemente, pero podría decirse que nuestro estudio proporciona una de las indicaciones más claras; y esto tiene enormes implicaciones para el origen de las fusiones de agujeros negros en el cosmos.”.
Seis años de observaciones con el VLT
El agujero negro de VFTS 243 se encontró utilizando seis años de observaciones de la Nebulosa de la Tarántula llevadas a cabo por el instrumento FLAMES (Fibre Large Array Multi Element Spectrograph, espectrógrafo multielemento de gran matriz de fibras), instalado en el Very Large Telescope (VLT) de ESO en Chile.
A pesar del apodo de ‘policía de agujeros negros’, el equipo fomenta activamente el escrutinio, el debate con modelos alternativos, y espera que su trabajo permita el descubrimiento de otros agujeros de masa estelar que orbitan estrellas masivas, miles de los cuales se predice que existen en la Vía Láctea y en las Nubes de Magallanes.
Referencia:
Tomer Shenar et al. “An X-ray-quiet black hole born with a negligible kick in a massive binary within the Large Magellanic Cloud”. Nature Astronomy, 2022.