La Starship de SpaceX se enfrentó una vez más a los rigores del vuelo espacial. Despegando, al menos de momento, mientras avanza la construcción de la plataforma LC-39C en Cabo Cañaveral, desde Boca Chica, Texas. En esta ocasión los vehículos que volaban eran el B13 como primera etapa y la S13 como segunda etapa, abreviaturas respectivamente de Booster (acelerador) y Ship (nave).
La ventana de lanzamiento se cumplió a rajatabla por primera vez en los vuelos de este nuevo lanzador. Primer minuto y los treinta y tres motores Raptor 2 del Super Heavy iluminaron el medio día tejano. El proceso de separación de etapas mediante el método de hot-stage, en el que las etapas se separan con los motores de ambas encendidos volvió a dejar imágenes que quitan el aliento.
Sin embargo, menos exitosa ha sido en esta ocasión la recuperación de la primera etapa. Pese a atraparla exitosamente en el vuelo anterior, en esta ocasión se logró frenar suficiente al Super Heavy que explotó al impactar contra las aguas del golfo de México una vez perdió la verticalidad.
Tras completar exitosamente el encendido que puso a la Starship una vez más en su trayectoria cuasi orbital, reentrará en el océano Índico. Los motores Raptor se enfrentarán a una prueba que no han experimentado antes, el reencendido en gravedad 0.
La complejidad de este reside por un lado en que el complejo sistema de gases que permite encender ilimitadas veces, teóricamente, el motor, depende de la capacidad de acelerarlos lo suficiente, para generar una llama que encienda el motor.
Aunque realmente, la prueba que todos esperamos ver es la de trasvase de propelentes en órbita. Algo que debería producirse en los próximos meses si atendemos a la información que provee Elon Musk, que no suele ser la mejor fuente para ella.
Tras dar más de media vuelta al mundo, la Starship vuelve a sumergirse en la atmósfera. A 85 kilómetros de altitud, pese a la poca densidad del aire a esa altitud, las extremas velocidades de la Starship provocan esa bola de plasma. En este vuelo hay mucha expectativa de nuevo por la reentrada, aparte de por las imágenes únicas, por los cambios en el escudo térmico.
Mientras que el cuarto vuelo no sobrevivió entera a la reentrada aunque pese a sus daños pudo aterrizar suavemente, la quinta misión, mejoró el resultado. Pero en esta nueva sexta misión, se han reducido el número de losetas térmicas que tanto peso suman al cohete. Algunos refuerzos, especialmente alrededor de los flaps, se mantienen, señalando los problemas de la cuarta misión. Pero hay zonas en el cono frontal, donde se eliminó por completo el escudo térmico.
Durante gran parte del descenso no hay mucho que comentar. Las imágenes no cambian, el cohete se comporta de forma excelente y las superficies aerodinámicas guían a la Starship hacía el océano.
Pero ya superada la hora de vuelo, las cosas se aceleran. Aunque en realidad el cohete se frena, pasa a la fase transónica, un régimen de vuelo que no experimenta desde los primeros segundos del lanzamiento.
Tras completar la maniobra «belly flop» exitosamente, la Starship se ha posado suavemente sobre el agua. Incluso SpaceX ha conseguido que al contrario que su primera etapa, salvar al volcar el cohete. No está oficialmente en los planes, pero es probable que se intente recuperar la nave. Aunque los fuegos que han aparecido podrían hacer que explote durante la fase de ventilado de los depósitos de combustible.
Esta entrada fue modificada por última vez en 20/11/2024 00:22
Jefe de sección Actividad Aeroespacial. Especialista en el programa espacial indio. Universidad de Oviedo.