Tras la primera entrega en 2016 y la segunda en 2018, llega la tercera entrega de datos (EDR3) de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), hecha pública este jueves. La comunidad astronómica mundial estaba deseando que llegara.
Este tercer número de Gaia, la gran misión europea de astrometría, contiene información detallada sobre más de 1.800 millones de fuentes u objetos detectados por la sonda, lo que supone un aumento de más de 100 millones con respecto a la segunda liberación de datos (Gaia DR2).
Gaia EDR3 también proporciona información de color sobre unos 1.500 millones de fuentes, unos 200 millones más que en la entrega anterior. Además, se ha mejorado la precisión general y de medición. «Los nuevos datos de Gaia prometen ser un verdadero tesoro para los astrónomos», dice Jos de Bruijne, científico asistente del proyecto Gaia de la ESA.
Hacia el anticentro galáctico
Los nuevos datos de la misión han permitido estudiar las poblaciones y movimientos de estrellas antiguas y más jóvenes hacia las fronteras de nuestra galaxia: el anticentro, la dirección diametralmente opuesta a su centro galáctico. Observando en ese sentido, astrónomos del Consorcio para el Procesamiento y Análisis de Datos (DPAC) de Gaia han descubierto indicios del pasado de la Vía Láctea.
Los nuevos datos han permitido trazar las distintas poblaciones de estrellas antiguas y más jóvenes hacia el anticentro de nuestra galaxia, la dirección opuesta a su centro, aportando nueva información sobre la evolución de la Vía Láctea
Los resultados sobre el anticentro se presentan en uno de los cuatro “artículos de demostración” publicados junto a los datos de Gaia. Los demás estudios emplean resultados de este catálogo para ofrecer una colosal ampliación del censo de estrellas cercanas, derivar la forma de la órbita del sistema solar alrededor del centro de la galaxia y estudiar las estructuras de dos galaxias cercanas a la Vía Láctea.
Los modelos informáticos predecían que el disco de nuestra galaxia crecería con el tiempo a medida que nacieran nuevas estrellas. Los nuevos datos permiten ver los vestigios de ese disco de 10.000 millones de años de antigüedad para así determinar su menor alcance en comparación con su tamaño actual.
Roce entre la Vía Láctea y Sagitario
La nueva información de estas regiones exteriores también consolida la idea de que en el pasado más reciente de la galaxia se produjo otro evento de gran calado. Muestran que en las regiones exteriores del disco hay un componente de estrellas en lento movimiento por encima del plano galáctico que descienden hacia él, así como otro componente de estrellas en rápido movimiento por debajo del plano que asciende.
Este extraordinario patrón no se había anticipado hasta ahora. Podría ser el resultado de una cuasi-colisión entre la Vía Láctea y la galaxia enana Sagitario, que se produjo en el pasado más reciente de nuestra galaxia.
La galaxia enana Sagitario contiene varias decenas de millones de estrellas y está siendo canibalizada por la Vía Láctea. La última vez que pasó junto a nuestra galaxia no le dio de lleno, aunque habría bastado para que su gravedad perturbara a algunas estrellas de la Vía Láctea, como cuando cae una piedra en el agua.
Gracias a los datos de Gaia DR2, miembros del DPAC ya habían detectado una sutil onda en el movimiento de millones de estrellas que sugería los efectos de un encuentro con Sagitario que habría tenido lugar entre 300 y 900 millones de años atrás. Ahora, gracias al EDR3, han desvelado más indicios que apuntan a su potente efecto en el disco estelar de nuestra galaxia.
“Los patrones de movimiento en las estrellas del disco son diferentes de lo que creíamos”, señala Teresa Antoja, de la Universidad de Barcelona, donde se han organizado diversas actividades on line (coloquio, conferencia, juego de memoria) para celebrar el lanzamiento de Gaia EDR3. El Instituto de Ciencias del Cosmos de esta universidad (ICCUB) participa en la misión Gaia desde sus inicios.
Antoja ha trabajado en el análisis de datos junto con otros colegas del DPAC. Aunque el papel de la galaxia enana Sagitario aún se debate en ciertos círculos, Teresa afirma que podría ser “una buena candidata para todas estas perturbaciones, como muestran algunas simulaciones de otros autores”.