«En particular, a través de observaciones de radio de FRB20201124A, una de las ráfagas que se ha producido más cerca de la Tierra, pudimos medir la débil emisión persistente proveniente del mismo lugar que la FRB», añade.
Se da la peculiaridad que FRB 20201124A es un evento recurrente, algo poco común, ya que solo alrededor del 10 % de las cerca de 800 ráfagas rápidas de radio conocidas repiten. Fue detectado por primera vez el 24 de noviembre de 2020 y, en marzo de 2021, se registraron nuevamente ráfagas rápidas de radio provenientes de la misma región del cielo.
Gracias a que FRB 20201124A es un evento recurrente, ha sido posible determinar su posición dentro de la galaxia con una incertidumbre de unos pocos milisegundos de arco
Ángela Gardini (IAA-CSIC)
“Gracias a este hecho, ha sido posible determinar su posición dentro de la galaxia anfitriona con una incertidumbre de unos pocos milisegundos de arco”, explica Ángela Gardini, investigadora del IAA-CSIC y una de las coautoras del trabajo.
“Su localización precisa y su cercanía, relativamente pequeña con respecto a otros FRB, lo convirtieron en un objetivo ideal para estudiar las condiciones físicas de su entorno”.
Resolución optimizada con MEGARA
En un trabajo previo, los investigadores habían identificado la emisión persistente en la galaxia anfitriona de esta FRB, pero no habían podido medir la posición de la ráfaga con la precisión suficiente para asociar ambos fenómenos.
Para este nuevo trabajo, el equipo ha llevado a cabo una campaña de observación en diferentes bandas que ha resultado crucial para separar la fuente compacta de la débil emisión difusa.
En concreto, resultaron determinantes las observaciones realizadas con el interferómetro NOEMA, situado en Plateau de Bure, en los Alpes franceses, y el instrumento MEGARA del Gran Telescopio Canarias (GTC o Grantecan), ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (ORM), en La Palma.
“Las observaciones obtenidas gracias al instrumento MEGARA alcanzaron una resolución comparable a la resolución en radio del VLA, lo que permitió observar el entorno del FRB con un detalle nunca conseguido anteriormente y descubrir la presencia de una fuente de radio compacta, la burbuja de plasma de la FRB, que se halla inmersa en una región de formación estelar”, señala Romano Corradi, director de Grantecan.
Las observaciones obtenidas gracias al instrumento MEGARA permitieron observar el entorno del FRB con un detalle nunca antes conseguido y descubrir la fuente de radio compacta
Romano Corradi (Grantecan)
“Estos resultados son un claro ejemplo de cómo la combinación de la gran área colectora de GTC, el telescopio óptico e infrarrojo más grande del mundo, junto con las capacidades de sus instrumentos nos están aportando resultados extraordinarios que mejoran nuestro conocimiento del Universo”, añade.
La investigación también ha ayudado a precisar la naturaleza del motor que alimenta estas misteriosas ráfagas. Según los nuevos datos, el fenómeno se basa en un magnetar (una estrella de neutrones fuertemente magnetizada) o en un sistema binario de rayos X de alta acreción, es decir, un tipo de binaria en el que una estrella de neutrones o un agujero negro “roba” materia de una estrella compañera a tasas muy intensas.
De hecho, los vientos producidos por el magnetar o el sistema binario de rayos X serían capaces de «soplar» la burbuja de plasma, dando lugar a la emisión de radio persistente, lo que demuestra la existencia de una relación física directa entre el motor de las FRB y la burbuja, que se encontraría en su proximidad inmediata.
“Entender la naturaleza de la emisión persistente asociada a FRB20201124A permite añadir una pieza al rompecabezas sobre la naturaleza de estas misteriosas fuentes cósmicas”, concluye Bruni.
Referencia:
Bruni, Gabriele et al. «Nebular origin for the persistent radio emission of fast radio bursts'». Nature, 2024.
Fuente: IAC/SINC
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