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Su nombre técnico es JATO, las siglas en inglés de despegue asistido por jets, aunque, es más correcto técnicamente y más común llamarlos RATO, sustituyendo jet por cohete (rocket en inglés). Su principal utilidad, fin e interés ha sido siempre militar, aunque hay una salvedad geográfica. Luego, no esperes pronto ver un paquete de cohetes ayudando a despegar a un Boeing 737 en tus próximas vacaciones.
Cuando los humanos hemos decidido colonizar lugares tan lejanos e inhóspitos como los polos, hemos tenido que hacer modificaciones al equipo de las exploraciones. Y eso incluye el que se usa para llegar hasta la base y transportar alimentos o experimentos. Por eso, uno de los pocos lugares donde los civiles emplean aviones RATO es en misiones a la Antártida. La pista de aterrizaje consistente en hielo y nieve aplastadas no tiene la longitud necesaria para afrontar despegues con máxima carga.
El despegue asistido por cohetes consiste en un grupo de propulsores de combustible sólido, cohetes. Estos se activan desde la cabina en el momento de iniciar la carrera para el despegue o bien en un determinado punto de la misma. La decisión puede depender de la potencia, duración del impulso y ángulo en el que se sitúan.
Por supuesto, se usan en sintonía con los motores del propio avión funcionando a máxima potencia, sino el sistema, no sería útil o no tanto.
Aunque hay una alternativa bastante radical, la cual apenas se ha puesto en uso. Usando un cohete lo suficientemente grande, se puede acelerar a un avión hasta su velocidad de despegue sin que este toque tierra. Similar a como se lanza un misil, algunos interceptores en la guerra fría se probaron para no necesitar ningún tipo de pista de despegue. Por eso se llamaban sistemas de distancia de despegue cero. En principio, esto agilizaría el despegue y haría posible actuar incluso cuando un ataque sorpresa dañase el aeródromo.
Did you know about the German Air Force rocket powered "Zero-Length Launch system"" F-104 Starfighter?
— C Schmitz (@chrisschmitz) September 13, 2024
Enjoy!
Restored, translated Clip.
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De forma similar, durante la II Guerra Mundial el Reino Unido preparó algunos aviones para despegar desde la proa de barcos mercantes. Esto ofrecía protección contra aviones de patrulla marítima alemanes y pese a los riesgos funcionó con remarcable éxito.
North American F-100D ZEL (Zero-Length Launch) using "Rocket-assisted take-off (RATO)"
— Thenewarea51 (@thenewarea51) September 14, 2021
11700 lbs P&W J57-P-21 jet engine plus a jettisonable Rocketdyne M.34, 130,000 lbs thrust for 4 seconds. This combo accelerated the F-100 to 275 mph in 4 seconds.
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Diferente a los aviones JATO son las numerosas pruebas que se realizan actualmente en la aviación y el vuelo hipersónico, a más de cinco veces la velocidad del sonido. El problema es que los motores que actualmente existen que aspiren aire que puedan funcionar a velocidades superiores a mach 5 no lo hacen a cero kilómetros por hora. Así que hay que acelerar el avión o misil hasta mínimo mach 2 para que el estatorreactor (tipo de motor empleado para vuelo hipersónico) pueda entrar en funcionamiento.
Es tal la necesidad de aceleradores para estas pruebas que incluso la empresa de cohetes espaciales Rocket Lab ofrece vuelos de su cohete, sin la segunda etapa, para ellas. Y es muy reseñable que el volumen de ventas rivaliza con su mercado de lanzamiento espacial.