La mayor duda con la que todos los medios acudíamos hoy era saber por qué se cambió el plan de vuelo a solo 48 km de altura. La explicación escueta que se tenía era que por motivos de seguridad. Sin embargo, hoy el día les ha dado la oportunidad de profundizar en las causas.
La principal era el viento, el cual ha protagonizado buena parte de la conferencia. Fue un muy desagradable invitado durante el vuelo pero también con anterioridad. En los intentos previos frustrados, especialmente el primero donde fue la causa del aborto, las rachas estaban en el borde o superaban con mucho lo tolerado por el cohete.
Este punto dio lugar a un detalle curioso de los muchos que deja un lanzamiento inaugural. Debido al fuerte viento cruzado que soplaba entre los kilómetros 1 y 6 se consumió mucho más propelente del sistema de control de reacción (RCS por sus siglas en inglés). Este sistema parte crítica del guiado, navegación y control del cohete aguantó aun así y funcionó como se esperaba.
Como siempre, y para sorpresa de nadie existió un componente económico muy importante en la decisión de si lanzar a 80 o a 48 kilómetros. Pero el problema estaba en la cruda realidad de los seguros, que también afectan a los lanzamientos espaciales.
En el caso del vuelo inaugural del Miura 1 PLD Space tenía contratado un seguro de responsabilidad civil. Este respondía por los daños que podría causar el cohete fuera de control, pero solo y exclusivamente dentro del área perimetrada. Para la siguiente explicación es necesario recordar que la dinámica de fluidos es una de las ramas de la física sobre la que menos control existe. Su más conocido ejemplo son las previsiones meteorológicas siendo regidas por las ecuaciones de Navier-Stokes, las cuales no tienen solución.
Esta problemática es una de las razones de lo complicada que es la ingeniería aeroespacial. En este caso, el problema de PLD Space es que pese a tener bien caracterizado el perfil climatológico alrededor de su zona de vuelo violar el perímetro. Sus modelos de destrucción del cohete en vuelo tenían un margen de error del 40%, muy amplio. Esto provocaba que en muchos casos restos del cohete cayeran fuera de su zona asignada y protegida por zonas de exclusión aéreas y marítimas.
Por tanto y como afirmó Raúl Torres, «aunque solo un tornillo se salga de la trayectoria y hay un barco o una persona podríamos tener un problema muy serio».
Esta es una pregunta «que nos han hecho muchas veces y sigue sin quedar claro» dijo expresamente Raúl Torres.
EL Miura 5, tras estos primeros análisis del Miura 1 ya ha incorporado más de mil acciones de mejora. Pero más que las acciones de mejora que pueden ser por ejemplo saber qué estructuras han soportado peor el vuelo para reforzarlas en el siguiente cohete han validado modelos.
¿Qué quiere decir esto de validar los modelos? Bien, cuando se diseña y construye un cohete se hace casi totalmente a través de simulaciones por ordenador. Estas permiten crear un modelo teórico sobre cómo se comportarán cosas tan complicadas como el flujo de comburente a través del motor. O cómo se quema el combustible en el interior de la cámara de combustión. Sobre esto al comentarlo con el equipo de PLD mencionaron estar en un 95% de eficiencia en la quema del mismo. Sin embargo, necesitarán al menos un 97 o 98% para los Teprel C del Miura 5. Aunque probablemente la inclusión de las turbobombas hagan ese trabajo de ingeniería casi gratis. Cabe destacar que un 2% en un cohete espacial son horas de trabajo del más alto nivel y generalmente miles o decenas de miles de euros invertidos en el problema. No conviene confiarse, pero ante sus lamentos de no haber podido apenas ni celebrar el lanzamiento, no es probable que caigan ahora en la autocomplacencia.
Otra parte de la conferencia versó sobre cómo se perdió el cohete en la recuperación. Aunque las conclusiones expresadas, muy consistentes con los hechos expuestos son muy alentadoras.
Lo primero es lo primero, el comportamiento en general del cohete durante la reentrada fue excelente, incluso mejor de lo esperado. El paracaídas sub sónico se desplegó tal y como estaba previsto y el cohete se frenó acordemente. Se sabe que el cohete llegó al océano porque así lo demuestra la telemetría, y llegó de una sola pieza a ese punto. Sin embargo, al enviar los equipos de recuperación, este no aparecía. Pero tampoco aparecían fragmentos del cohete, lo cual habría explicado que el mismo se había destruido en el mar.
Esto llevó al equipo a una conclusión, se había hundido y de una sola pieza. ¿Pero cómo? Según han explicado, debido al viento en superficie es probable que el cohete no entrase en vertical cómo se pretendía en el mar.
Esto habría provocado que no el cohete, pero uno de los tanques de combustible se rompiera y permitiera la entrada de agua. Al inundarse, el peso del agua lo arrastró a las profundidades.
Se explica también porque ningún cohete está diseñado para esfuerzos o para entendernos, golpes, que no sean completamente verticales. Aun así, es meritorio que lo único que se rompiera fuera una pieza interna y habla muy bien de la ingeniería estructural empleada.
Esta mañana se produjo una apasionante rueda de prensa donde hemos visto a la plana mayor de PLD Space explicar el vuelo del Miura 1. Sin cortapisas han narrado como se han enfrentado a la madre naturaleza, especialmente al viento y la gravedad. A ambos vencieron para enviar un demostrador tecnológico más allá de lo que había ido un ingenio español de combustible líquido nunca antes.
Resta por saber si la segunda unidad del Miura 1 tratará de alcanzar el espacio superando los 100 kilómetros de altura. Algo que la empresa confirmó que puede hacer.
Esta entrada fue modificada por última vez en 20/10/2023 21:18
Jefe de sección Actividad Aeroespacial. Especialista en el programa espacial indio. Universidad de Oviedo.