Un satélite militar de Rusia para probar armas nucleares queda fuera de control en órbita baja

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El satélite Cosmos 2553 fue la culminación, o por lo menos, el máximo desarrollo público que ha alcanzado la militarización del espacio. En abierta y clara violación del tratado del espacio ultraterrestre, Rusia parecía estar dispuesta a todo para eliminar su desventaja en el dominio más alto. Sin embargo, tras más de dos años de relativa calma este programa vuelve a los titulares al conocerse la noticia de que su prototipo está fuera de control.

SM-3 cabeza
Cabeza destructora de un misil SM-3. Tiene sensores infrarrojos, receptores GPS y de radar para guiarse hacía el objetivo. Fuente: US Navy

Antecedentes

Hace ahora un poco más de un año, en febrero de 2024, fuentes oficiales del congreso estadounidense filtraron que Rusia preparaba un arma nuclear antisatélite. Esto supuso un gran escándalo en muchos círculos, de ahí la probable causa de filtrar información celosamente guardada por las agencias de inteligencia. Los detalles eran escasos, perfecto para que la imaginación de los aficionados y profesionales del sector espacial especulasen. Finalmente, la única conclusión clara que se pudo obtener es que tal aparato no había llegado al espacio, pero sí lo había hecho un prototipo que ayudaría a desarrollarlo, el Cosmos 2553.

En la actualidad, los sistemas ASAT son en general de un usoidealmente (la probabilidad de éxito es desconocida, pero nunca superior al 80% de los sistemas antiaéreos), una muerte. El uso de la energía nuclear, casi en cualquier forma, detonación, radiación electromagnética o incluso generación eléctrica cambiaría ese cálculo de bajas. Aunque es importante señalar que la generación eléctrica mediante aparatos nucleares, incluyendo reactores de fisión no está prohibida internacionalmente. De hecho, varios satélites, estadounidenses y soviéticos de principios de la carrera espacial hicieron uso de ellos en vez de paneles solares.

Imagen del prototipo de motor nuclear de la NASA
Imagen del programa DRACO de la NASA y DARPA junto a Lockheed Martin para construir un motor nuclear. Fuente: NASA

Todas las pruebas apuntan a que está fuera de control

Aunque es cierto que las fuerzas militares estatales siguen teniendo la mejor imagen de lo que sucede en el espacio, la brecha con el mundo civil se está cerrando rápidamente. Desde satélites que fotografían a otros satélites como los de Maxar a radares de efecto Doppler basados en tierra, las innovaciones se suceden sin pausa. Gracias a ella se tienen varias pruebas consistentes con una pérdida total de la misión o al menos de su capacidad operativa.

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Es cierto que oficialmente no hay una misión confirmada para este Cosmos 2553, pero todos los informes, incluyendo la NASA, apuntan a que su misión central era el reconocimiento. Para ello emplearía un radar de apertura sintética, el más habitual en los últimos tiempos debido a su compacto tamaño y mejorado rendimiento sobre sus contrapartes mecánicas.

Por un lado, imágenes obtenidas por telescopios de la compañía Slingshot descubrieron variaciones en la luz reflejada. Algo que ocurre con objetos que están rotando, con suficientes tomas de datos se puede saber a qué velocidad lo hace, pero no hay información pública al respecto. Mientras que Leo Labs, una de las empresas más populares en este campo gracias a sus radares clasifica la misión como muy probablemente perdida tras detectar ya a finales del año rotaciones.

Un satélite inspector ruso fotografiado por una compañía privada
Fotografía del satélite inspector Cosmos 2558 obtenida por uno de los satélites de HEO Space. Fuente: HEO Space

Aparentemente la misión secundaria de buscar mayor resistencia a entornos electromagnéticos complejos es un fracaso. Si realmente el Cosmos 2553 era un prototipo de arma antisatélite nuclear, con una vida útil tan corta, es probable que Rusia decida que el riesgo no merece la pena. Aunque la amenaza de que en caso de verse acorralada empleen armas nucleares no es totalmente descartable, de momento la militarización del espacio da un pequeño paso atrás en su peligrosa escalera. 

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