«Estaba bastante asustado. Escalando una montaña, puedo agarrarme a las rocas o a pequeños agujeros, pero con el cristal, todo lo que puedo hacer es confiar en la cuerda de la que estoy colgando», dijo Lai.
El atleta decidió realizar su hazaña para recaudar dinero para los pacientes de la médula espinal. En total, recibió unos 670.000 dólares.
En 2011 el atleta sufrió un accidente de coche que le dejó paralizado. A pesar de lo sucedido, Lai no sólo continuó con su hobby de escalar montañas, sino que también se convirtió en un orador motivacional.
«Si una persona discapacitada puede brillar, puede al mismo tiempo transmitir una oportunidad, esperanza, luz, no tiene que ser vista como débil», enfatiza Lai que trata de romper los estereotipos sobre las personas con movilidad reducida.