Sarro dental, un cementerio de bacterias mineralizadas
El sarro dental es la única parte del cuerpo que fosiliza de manera rutinaria a lo largo de la vida, lo que le convierte en un cementerio de bacterias mineralizadas.
Para hacer este estudio, el equipo reconstruyó los genomas bacterianos atrapados en el sarro de 12 neandertales de hace unos 102.000-40.000 años, 34 humanos de hace unos 30.000-150 años y 18 humanos actuales.
Los investigadores reconstruyeron numerosas especies bacterianas orales y otras especies más exóticas cuyos genomas no se habían descrito antes, entre ellas, un miembro de Chlorobium que contenía un grupo de genes biosintéticos de función desconocida.
«El cálculo dental de la Dama Roja de El Mirón (centro de España), de 19.000 años de antigüedad, nos proporcionó un genoma de Chlorobium especialmente bien conservado», explica Anan Ibrahim, del Instituto Leibniz.
«Tras descubrir estos enigmáticos genes antiguos, quisimos llevarlos al laboratorio para averiguar qué fabrican».
El equipo usó herramientas de biotecnología molecular sintética para que las bacterias vivas produjeran las sustancias químicas codificadas por los genes antiguos. Ha sido la primera vez que este método se ha aplicado con éxito a bacterias antiguas.
El experimento permitió descubrir una nueva familia de productos naturales microbianos que los investigadores denominaron «paleofuranos».
«Es el primer paso hacia el acceso a la diversidad química oculta de los microbios del pasado y añade una nueva y apasionante dimensión temporal al descubrimiento de productos naturales», afirma Martin Klapper, investigador postdoctoral del Leibniz-HKI y coautor principal del estudio.
El siguiente paso es intentar usar esta técnica para encontrar nuevos antibióticos, concluyen los autores.