Según los investigadores, “descubrir las reglas que hacen que un sistema grande y complejo sea estable puede ofrecer nuevas pautas para abordar el apremiante desafío científico y político de diseñar redes de infraestructura resilientes que no solo protejan contra amenazas viables, sino también la resiliencia de ecosistemas cruciales, pero frágiles”.
Los autores concluyen en su estudio: “Dos de las características más ubicuas de las redes del mundo real (la escala y la heterogeneidad) emergen como principios organizativos naturales para garantizar la estabilidad del punto fijo frente a condiciones ambientales cambiantes”.