Descubren una misteriosa anomalía radiactiva en el fondo del Océano Pacífico

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Un equipo de científicos ha identificado una anomalía en el isótopo radiactivo berilio-10 en costras de ferromanganeso extraídas del fondo del océano Pacífico, lo que sugiere que la Tierra experimentó un evento excepcional hace aproximadamente 10 millones de años. El hallazgo, publicado en Nature Communications, plantea interrogantes sobre su origen y podría transformar la forma en que los geólogos fechan eventos pasados.
Los investigadores analizaron costras de ferromanganeso, rocas metálicas submarinas que crecen a un ritmo de milímetros por millón de años, atrapando elementos de la atmósfera y el océano a lo largo del tiempo. Utilizando técnicas avanzadas de datación radiactiva, el equipo descubrió que el berilio-10 en estas rocas no siguió su patrón de descomposición natural, sino que mostró un aumento inesperado hace 10 millones de años.
El físico y autor del estudio, Dominik Koll, explicó que la anomalía se confirmó al analizar costras extraídas de diferentes ubicaciones, descartando la posibilidad de un error local. “Este hallazgo es un gran avance para la datación geológica, ya que podría servir como un nuevo marcador temporal en escalas de millones de años”, señaló Koll.
El origen de esta anomalía aún es incierto, pero los científicos manejan varias hipótesis. Una posibilidad es que una supernova cercana o el paso de la Tierra por una densa nube interestelar hayan incrementado la radiación cósmica, provocando un aumento en la producción de berilio-10 en la atmósfera.
Otra teoría apunta a cambios en la circulación oceánica. Estudios recientes indican que la Corriente Circumpolar Antártica se intensificó hace aproximadamente 12 millones de años, alterando los patrones globales del océano. Si las corrientes oceánicas influyeron en la distribución del berilio-10, el hallazgo podría marcar el inicio de la circulación moderna de los océanos.
Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre la historia de la Tierra y ofrece una oportunidad única para alinear distintos registros geológicos y climáticos en el tiempo. Mientras tanto, los investigadores continúan buscando nuevas muestras de hace 10 millones de años que permitan descifrar el origen de esta anomalía.