Desde su puesta en marcha a mitad de año, el nuevo telescopio espacial James Webb sigue sorprendiendo con su capacidad de resolver objetos distantes con una resolución sin precedentes en longitudes de onda del infrarrojo. Esto gracias a su gran espejo compuesto por 18 segmentos hexagonales de Berilio recubiertos con una fina película de oro.
Los técnicos del equipo del JWST han apuntado el telescopio hacia la aislada galaxia vecina Wolf-Landmark-Melotte del grupo local, mismo que contiene a la Vía Láctea y Andrómeda, ubicándose alrededor de 3 millones de años luz del Sistema Solar. Cuenta con una forma alargada o achatada con una extensión de 8000 años luz. Dada su separación respecto a otras galaxias, se cree puede haber pasado su historia sin mayores interacciones con objetos grandes, abriendo las puertas a poner a prueba modelos de formación y evolución galáctica.
La imagen capturada nos ofrece una nueva y más detallada perspectiva de una región de la galaxia WLM, donde se ha dado un falso color a los diferentes filtros usados para crear la composición. Aquellos objetos brillantes con 8 picos o puntas son estrellas de nuestra propia galaxia que alcanzaron a aparecer en la foto, luego están las propias estrellas de WLM y finalmente aparecen otras galaxias más lejanas.
Gracias a diferentes estudios con otros métodos se ha encontrado una pobreza química, es decir, no hay gran diversidad en su contenido, contando con una proporción muy poca de elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. Esto bien puede darse por la poca o total ausencia de intercambio de material a través de colisiones con otras galaxias, e implica que posiblemente allí se estén dando procesos de formación estelar semejantes a los que ocurrían en el inicio del universo.
Al ampliar la imagen podemos evidenciar la gran capacidad de James Webb para resolver tal cantidad de objetos como son miles de estrellas en otra galaxia, aunque bien pueden ser cúmulos con cientos de ellas muy juntas y que aparecen como un punto desde esta distancia.
Además de tener el objetivo de explorar el entorno cercano a nuestra galaxia, se desea seguir poniendo a prueba las capacidades conjuntas del telescopio espacial James Webb y los equipos en Tierra para procesar los datos tomados. En este caso, en concreto, se desea aprovechar la similitud entre la galaxia y el universo joven para tener un estándar de referencia y caracterizar el brillo de cada estrella individual.
Aquella zona ha sido barrida previamente con varios otros observatorios espaciales y en tierra, por ende, tenemos la capacidad de comparar los datos tomados de cada uno y poder reducir el error en cada medición. Así como los equipos estar seguros de poder entender la información recolectada por Webb.
Esta entrada fue modificada por última vez en 09/11/2022 21:15
Jefe de sección Cosmos. Especialista del programa lunar Apollo, mecánica celeste e impresión 3D. Universidad Nacional de Colombia.