Alcanzada la velocidad necesaria; bien sea en órbita terrestre, lunar, marciana o solar, se puede conocer sin mucha dificultad donde va a estar la nave en el futuro. Esto gracias a nuestro conocimiento sobre la gravedad, misma que define las trayectorias en el espacio. Hasta el momento todos los acoplamientos y encuentros se han realizado en órbitas circulares. Una vez que la nave objetivo alcanza la altura deseada, el cazador puede despegar y dirigirse a iniciar la persecución.