De qué le sirve a la humanidad la exploración espacial

Diferentes gobiernos a lo largo del mundo han enfocado una cantidad considerable de recursos y esfuerzo en el sector aeroespacial. Desde el gran boom que fue la carrera espacial se han dado enormes saltos y progresos sobre como entendemos el universo. Pasando de estar atrapados en nuestro planeta a haber alcanzado la Luna y muchos otros mundos con sondas no tripuladas. Muchas personas cuestionan sobre si realmente vale la pena, mientras los problemas en nuestro hogar siguen creciendo y empeorando.

Diagrama de varias de las sondas más importantes que han abandonado la órbita terrestre y sus destinos.

En búsqueda de nuevos horizontes

La humanidad siempre se ha caracterizado por su curiosidad y búsqueda de entender lo que le rodea. Esto en conjunto con las competencias entre miembros de la misma especie. Gracias a esta combinación, en 1949, por primera vez un objeto fabricado lograba alcanzar el espacio. Años después impulsaría a Estados Unidos y la Unión Soviética a una carrera por demostrar el mayor poder industrial y tecnológico posible en la fecha. Con la victoria de Estados Unidos en la conquista tripulada de la Luna quedaría en la mente de las personas únicamente los resultados finales instantáneas, pero ignorando todo lo que se aprendió en el camino y la herencia que se dejó al público general.

Otros temas relacionados son las sondas espaciales que son enviadas a otros mundos o los telescopios terrestres y orbitales que extienden nuestra visión hacia el increíblemente enorme cosmos. Aún más se tienen dudas sobre como pueden realmente aportar a la sociedad los descubrimientos sobre galaxias a distancias que muy probablemente nunca seamos capaces de recorrer.

En ramas completamente diferentes hay varios estudios que a primera vista pueden parecer completamente irrelevantes e inútiles. Aparentando ser más alguna broma de la comunidad científica que algún trabajo real y serio. También pueden surgir noticias sobre experimentos, investigaciones o pruebas fallidas, por ejemplo, si se demuestra como errónea una teoría o, por el contrario, está sometida a mucha investigación sin realmente alcanzar resultados a corto plazo.

Teléfono roto

Todos los temas mencionados anteriormente y el desconocimiento sobre la utilidad o aplicabilidad de estos está más ligada a la ignorancia del público general que a una verdadera ausencia de valor o de potencial. No todo el mundo conoce de ciencias y mucho menos en todo el proceso que hay detrás de ella, y entre aquellos que si están involucrados pueden desconocer sobre como funcionan otras ramas diferentes a su experticia. Es aquí cuando los medios de comunicación sirven como un puente o traductor entre los científicos e investigadores y el ciudadano de a pie.

Bien sean pódcast, notas, columnas en periódicos, videos o libros, se tiene un gran problema sobre como conservar la mayor cantidad de información posible, pero que sea entendible por alguien sin mucho conocimiento previo en un tema. Aquí suele ocurrir un proceso muy similar al juego del teléfono roto, donde se pierden varios datos que pueden ser relevantes para tener un panorama completo de la relevancia de la noticia en cuestión.

Este efecto se acentúa cuando el divulgador no cuenta con buenas habilidades de comunicación o carece del conocimiento técnico para, por ejemplo, entender todo el artículo original. En otros casos se da prioridad a conseguir lecturas y se ignora casi en su totalidad el objetivo original divulgar de forma fiel la noticia.

Apuntando al futuro

Los grandes avances en ciencia no se hacen por pocas personas, sino que muchas personas realizan pequeños avances que mutuamente se complementan para dar paso a revoluciones en el conocimiento o sirven en aplicaciones que nunca nadie hubiera imaginado antes. Es importante entender esto, conocer la utilidad del conocimiento inútil. Por ejemplo, entender el porqué el cielo es azul. Esta puede parecer para muchos una pregunta trivial, pero para tener certeza sobre el fenómeno es necesario entender el comportamiento de la luz a nivel cuántico y la composición de la atmósfera.

Algo semejante puede aplicarse a las investigaciones en ciencias. Como puede ser el porque se gastan millones de dólares en enviar expediciones a la Estación Espacial Internacional, la rentabilidad de las misiones lunares, la exploración de Marte o escrudiñar las estrellas más lejanas. En todos estos casos se requiere un largo proceso de investigación y desarrollo que permitan, como fin último, el conseguir un objetivo central.

Forjando una herencia

El programa Apolo tuvo una gran relevancia no solo desde el aspecto político o de orgullo nacional. Para conseguir tal hazaña fue necesario unir a todo un país, crear un complejo sistema de contratistas y subcontratistas. Más allá de apuntar hacia la Luna, en Tierra se estaba moviendo dinero para apoyar la industria e investigación, ofreciendo más de 400 000 empleos.

A la par era necesario formar a profesionales capacitados para dar frente a los problemas y desafíos que aparecerían al adentrarse en terrenos completamente desconocidos como era el ambiente más allá de la atmósfera. Esto no estaba limitado a la ingeniería o la física, sino que la medicina y las artes también tuvieron un rol importante. Se deseaba poder conocer cada respuesta del cuerpo humano a la ingravidez y exposición a la radiación. Se requería poder acercar al pueblo estadounidense y al mundo entero de los progresos, éxitos y fracasos que se iban consiguiendo.

Una vez el programa fue cancelado por la administración de Nixon en el contexto de la guerra de Vietnam se modificaron la mayoría de fábricas creadas, abriendo las puertas a nuevas oportunidades de aplicaciones a la vida cotidiana. Claros ejemplos de esto son: continuar el trabajo de reducir el tamaño y peso de las computadoras hasta alcanzar los celulares que llevamos a todos lados, los trajes ignífugos de los bomberos a partir de los trajes espaciales, GPS libre para el público, aunque originalmente era una herramienta netamente militar, sistemas biométricos que permiten mejores diagnósticos en todos los hospitales del mundo, un mejor conocimiento en ciencias de materiales y un muy largo y creciente etcétera.

Redescubriendo la Tierra

No toda la exploración espacial está enfocada a tratar de entender todo lo que está más allá de la atmósfera, hay muchas misiones que, por el contrario, se enfocan en nuestro hogar. Los satélites meteorológicos son muy importantes para identificar correctamente varias problemáticas a lo largo del globo. Gracias a estos mismos y su capacidad de recorrer enormes distancias en tiempos considerablemente cortos se ha podido entender mucho mejor las afectaciones del cambio climático y las variaciones de temperatura a lo largo del año. También tienen la tarea de servir como apoyos para cultivos y pesca, facilitando y optimizando las tareas realizadas por personas del común.

Los satélites de comunicaciones y de GPS conectan el mundo y ayudan a guiar a las personas cuando se mueven dentro de una ciudad o a lo largo de países. Aunque bien el internet se mueve principalmente por cables interoceánicos, existen lugares remotos desconectados de las principales redes y requieren de apoyo satelital para distribuir información.

Una nueva perspectiva

Aunque parezca que el dinero se derrocha solamente en lanzar cohetes, fabricar telescopios y crear tecnología de punta únicamente usada por las agencias espaciales, se debe pensar en todas las posibles aplicaciones de la investigación y desarrollo que será tarde o temprano extendido a uso del público general. Y los medios de comunicación deberían enfocar su trabajo en resaltar aún más la importancia neta de estos y la relevancia en el corto y largo plazo.

Esta entrada fue modificada por última vez en 02/04/2024 20:45

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Francisco Andrés Forero Daza

Jefe de sección Cosmos. Especialista del programa lunar Apollo, mecánica celeste e impresión 3D. Universidad Nacional de Colombia.