Cosmos

Ser o no ser: cuántos planetas tiene el Sistema Solar

La pregunta: «¿cuántos planetas tiene el Sistema Solar?» ha tenido diferentes respuestas a lo largo de la historia. Los diferentes avances matemáticos y observacionales han permitido descubrir nuevos mundos más allá de lo que nos permite nuestros ojos.

Mapa que muestra a escala las distancias que separan a los planetas, tomando como referencia una la distancia Tierra-Sol, en una distancia llamada Unidad Astronómica y que equivale a 150 millones de kilómetros. En ordén del más cercano al más lejano están: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Ceres (en el cinturón de asteroides), Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.

Los planetas clásicos

Originalmente, se llamaba planetas a los puntos luminosos en la bóveda celeste que no titilaban y cambiaban constantemente su posición respecto a las estrellas, recibiendo de ahí su nombre, que significa vagabundo o errante. Por mucho tiempo el número estuvo estancado debido a las limitaciones de la observación a ojo desnudo, donde solo se habían descubierto a Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.

Gracias al seguimiento diario del movimiento de todas esas estrellas errantes y análisis de los datos se logró entender que las llamadas Estrella del Alba y Estrella del Ocaso hacían en realidad referencia al mismo planeta, Venus. Este era visible al amanecer y tras haber completado casi una órbita alrededor del Sol, aparecería en el cielo durante el atardecer.

Ya finalmente con herramientas más poderosas como son los telescopios y los modelos matemáticos creados empíricamente por Kepler y analíticamente por Newton, se abrieron las puertas a seguir descubriendo nuevos cuerpos en el Sistema Solar.

A la caza de nuevos mundos

El planeta Urano fue observado varias veces, pero nunca fue identificado como tal, sino confundido como estrella. Posteriormente, William Herschel lo catalogaría como un cometa, aunque corregiría esto al finalmente en 1781 anunciar el descubrimiento de un nuevo planeta tras los comentarios de otros grandes observadores del cielo. Cuando estaban estudiando su órbita encontraron perturbaciones gravitacionales que no eran explicables con las masas conocidas en el Sistema Solar.

Imágenes de los dos gigantes helados, Urano y Neptuno, fueron tomadas durante sus respectivos sobrevuelos de la sonda Voyager 2 en la década de los 80.

Inspirado por el descubrimiento de Urano y el hecho de que como este respetaba la ley de Titius-Bode, se incentivó una cacería por el quinto planeta que debería estar ubicado entre la órbita de Marte y Júpiter, en la región ahora conocida como cinturón de asteroides. Aunque los primeros esfuerzos fracasaron en su objetivo principal, se descubrieron gran cantidad de nuevos asteroides de tamaño considerable. No sería hasta 1801 que aquel esquivo quinto planeta sería descubierto y catalogado como Ceres.

Cerca de 6 años después se encontraría en la misma zona a otros cuerpos que igualmente serían catalogados temporalmente como planetas, siendo estos Palas, Vesta y Astraea.

Adams y Leverrier, independientemente, realizaron cálculos numéricos sobre un hipotético cuerpo que podría estar creando aquellas irregularidades en la trayectoria de Urano, Saturno y Júpiter. El trabajo del segundo daría paso a, en 1846, descubrir a Neptuno cerca de donde se predijo podría estar.

Esfuerzos similares darían caza al denominado Vulcano, resultando en fracaso dado que este no existe. Y no sería hasta 1930 que se confirmaría un nuevo planeta cuya existencia fue predicha similar a la de Neptuno, siendo ahora Plutón el primer objeto del llamado cinturón de Kuiper, donde albergan otros numerosos cuerpos de gran tamaño, como Eris, Haumea, Makemake, Gonggong, Orcus y Sedna.

Comparación de tamaño de los planetas enanos y sus lunas con respecto al planeta Tierra.

Condiciones para ser planeta

Dado lo fructífera que estaba siendo la búsqueda de objetos de tamaño considerable más allá de la órbita de Neptuno, se hizo necesario una reestructuración de cómo eran clasificados estos nuevos cuerpos. Y por esto, en una asamblea de la Unión Astronómica Internacional, se tomó la decisión de organizarlos en una categoría llamada planetas enanos, donde Plutón sería el referente para los llamados objetos transneptunianos. A su vez, se definieron unos requerimientos para poder otorgarles el título de planeta:

  1. Orbitar una estrella
    En nuestro caso, aquellos que orbiten al Sol serán llamados planetas, mientras que si se encuentran en otro sistema solar son exoplanetas.
  2. Tener suficiente masa para ser esférico
    Debido a diversos procesos de dinámica, efectos gravitacionales y rotación, los cuerpos con una masa lo suficientemente grande tienden a ser redondos, aunque pueden verse ligeramente deformados en sus polos. Esto sirve a su vez para filtrar objetos menores como asteroides.
  3. Haber limpiado la órbita
    El planeta debe tener la dominancia en su órbita. Y es aquí donde se produjeron los principales cambios de clasificación de Plutón o Ceres, donde de no cumplirlo este requerimiento serán considerados como planetas enanos.

Limpiando la órbita

Ser el objeto principal en la órbita implica haber desplazado o acomodado a los demás cuerpos cercanos menores, por ejemplo, llevar a los pequeños asteroides a moverse alrededor de los puntos de Lagrange o insertarlos en un tipo especial de trayectoria altamente afectado por el planeta.

Comparación entre la órbita de Plutón y Neptuno, mostrando que el primero alcanza a estar en ciertas épocas de su año más cerca del Sol.

En el caso de Plutón se tiene que su plano orbital intercepta el de Neptuno, además de estar en ciertos momentos más cerca al sol en ciertos momentos. El segundo, gracias a su gran masa e interacción gravitacional por miles de años, ha logrado llevar al planeta enano a una órbita especial, en un fenómeno conocido como resonancia. Por cada dos revoluciones de Plutón, Neptuno completa 3, evitando así cualquier riesgo de colisión entre ambos cuerpos.

Ser o no ser

Hoy en día se mantiene un constante debate sobre como debería de realmente catalogarse el planeta enano Plutón, siendo este un mundo muy interesante y que ha suscitado en muchas personas un cariño. Bien sea por haber crecido cuando se enseñaba a este como el noveno planeta o por el orgullo estadounidense de ser el único de este tipo que ha sido descubierto en aquel país. De una u otra forma se deben de reformular las condiciones, permitiéndoles ser generalizadas a otros sistemas más allá.

Inspirados por las antiguas búsquedas o cacerías de nuevos mundos, se mantiene actualmente una exploración de objetos que se encuentren más allá la órbita de Neptuno, donde se cree estará el planeta nueve. Así como el continuo descubrimiento de exoplanetas que bien orbitan otras estrellas o vagan solos por la galaxia.

Esta entrada fue modificada por última vez en 17/11/2022 22:49

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Francisco Andrés Forero Daza

Jefe de sección Cosmos. Especialista del programa lunar Apollo, mecánica celeste e impresión 3D. Universidad Nacional de Colombia.