La empresa vasca Satlantis marca un antes y un después en la aeronáutica española. Y es que, desde junio, la Estación Espacial Internacional cuenta con la primera cámara española. Un ojo de reducido tamaño, pero inmensa potencia.
El 9 de junio de 2020 comenzó como un día cualquiera. Un martes más del calendario, gobernado por la rutina. Una jornada de trabajo, de estudio, de supermercado o de paseo cualquiera sobre el firme de la Tierra. Sin embargo, a miles de kilómetros por encima de nuestras cabezas, el martes 9 de junio era un día para recordar. Una fecha para celebrar en el calendario de la aeronáutica española.
La cámara iSIM-170 es un aparato de 15 kilogramos que puede alcanzar una resolución de 80 centímetros desde una altitud de 500 kilómetros. Un aparato con el que se grabarán 20 imágenes por segundo de la superficie del planeta. Estas permitirán detectar diferentes amenazas como vertidos de petróleo en el mar o acumulaciones de plásticos flotantes. Además, se podrá hacer un seguimiento del estado de las cosechas o los incendios, así como un análisis de la climatología y sus efectos.
La creación de Satlantis ya apunta a la Tierra desde la plataforma de instalación externa i-SEEP del módulo Kibo, la parte japonesa de la Estación Espacial Internacional. La iSIM-170 llegó al espacio vía la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) tras despegar el 20 de mayo desde el Centro Espacial Tanegashima. Una vez ensamblada, en los próximos días, la atención se centrará en la conexión de la cámara y su calibrado. A finales de junio, comenzará a capturar imágenes.
Una tecnología con la que Satlantis marca un hito en la historia espacial tanto española como mundial. «Tiene tres récords a nivel mundial. Además de ser la primera cámara española en el espacio, también es la primera cámara de transmisiones en el espacio tan pequeña y con alta resolución submétrica. En el cosmos, hay otras con esta resolución, pero son inmensas y pesan 1 tonelada y cuesta 106 millones».
«Por otro lado, es la primera vez que una tecnología no japonesa que se instala en la parte nipona de la Estación Espacial Internacional», explica Hernani.
Alta tecnología
Una cámara tras la que hay años de investigación. Esta es el resultado del proyecto de una entidad que lleva 7 años de trabajo en búsqueda de máquinas de dimensiones reducidas y con una muy alta resolución. Según el CEO de la compañía, unos aparatos con los que «se ofrece un ahorro a las empresas y misiones espaciales de cerca de un 80%».
Segundo, la máquina de Satlantis destaca por incluir electrónica industrial y no espacial. «A diferencia de los componentes espaciales, probados uno a uno en distintos vuelos y con tiempos de maduración de 4 o 5 años, los industriales son Ley de Moore y cada 18 meses duplican su capacidad. Llevar diseños industriales al espacio da resultados muy distintos».
«Eso sí, es necesaria una protección. Hemos montado cinco niveles de redundancia para conseguir proteger tanto desde el punto de vista funcional como técnica a la electrónica. Así, lleva una cubierta para salvaguardarla de la radiación que va a tener que soportar en el espacio».
En tercer lugar, el CEO de Satlantis habla del sistema de las imágenes negras, el modo en el que la iSIM-170 toma la realidad por la velocidad de los tiempos de apertura de la cámara. Proceso complementado por el uso de medidas de técnicas de inteligencia artificial con las que se consigue una ganancia de resolución.
Futuro de España en el cosmos
El acoplamiento de la iSIM-170 fue un acontecimiento para Satlantis, pero también para España. Y es que el Rey Felipe VI conectó con la Estación Espacial Internacional para saber como había ido el proceso de ensamblaje de la cámara. Habló con el comandante y astronauta de la NASA Christopher John Cassidy, encargado de la colocación del aparato español, y puso en valor el trabajo de Satlantis, además de la cooperación entre Estados Unidos, Japón y España en esta misión. «Es un verdadero placer y un momento emocionante. Hace 17 años tuvimos la oportunidad de hablar con la Estación Espacial Internacional, por lo que estoy orgulloso de hacerlo hoy en esta ocasión tan especial».
«España está realmente orgullosa de ser parte de este proyecto. Necesitamos noticias buenas y esperanzadoras para el futuro», aseguró el monarca.
Una misión que pone a la empresa creadora de esta pequeña cámara en el firmamento de la industria espacial. «Supone muchísimo para nosotros. El haber sido pioneros en el mundo nos da una ventaja que no tienen las propuestas competidoras que todavía no han volado», afirma su CEO.
Colocada la cámara en el módulo nipón se cierran años de esfuerzo. Pero, tampoco hay tiempo para distraerse. Los trabajadores de la compañía de Bilbao se afanan en terminar su segundo proyecto: una cámara mucho más pequeña que la iSIM-170, aunque con menos resolución. Su destino vuelve a ser la Estación Espacial Internacional, aunque esta vez de la mano del Departamento de Defensa de Estados Unidos, interesado en la tecnología óptica de Satlantis para la misión STP-H7. El vuelo está previsto para la primavera de 2021, año en el que la empresa volverá a ascender unos meses después en una operación británica para el sector petrolero y gasístico, financiada por la Agencia Espacial Europea.
“Nos siguen llamando ‘start-up’, pero podemos jugar en otra liga ya”, sentencia Hernani.
España cuenta con un buen número de proyectos espaciales. Desde empresas de lanzamiento hasta constructoras de satélites. Compañías pequeñas que miran al futuro. Pero, para progresar, es necesario que el Gobierno preste mayor atención a la industria del cosmos según Hernani. «El Gobierno nos tiene que tomar en serio. Tenemos que aspirar a un digito del presupuesto. Somo el sector que más empleo genera dentro de la industria y creo que lo merecemos. Si lo consiguiéramos, España estaría en una posición de potencia«.