“Pero un parámetro clave –subraya–, el momento de inercia de Saturno, era demasiado incierto para demostrarlo definitivamente. Las mediciones de Cassini del campo gravitatorio exterior de Saturno restringen fuertemente este parámetro. Hemos llevado a cabo una extensa modelización y resulta que este momento de inercia está cerca, pero justo fuera del rango en el que la inclinación de Saturno puede ser explicada por la resonancia de precesión de Neptuno”.
“Sin embargo, la proximidad a la resonancia indica que esta estuvo involucrada en la inclinación de Saturno, pero de alguna manera el sistema escapó a ella. Podría haberlo hecho si Saturno hubiera tenido un satélite adicional: Crisálida, que se perdió (cambiando la tasa de precesión lo suficiente como para escapar de la resonancia, pero dejando el sistema cerca de la resonancia)”.
Esta luna pudo desaparecer a causa de una inestabilidad orbital caótica que, o bien la hizo escapar del sistema de Saturno, o bien se rompió por un encuentro con este planeta gigante. En este último caso, sus restos son los podrían haber formado los anillos de Saturno. “Como una mariposa que emerge de una crisálida, los anillos de Saturno emergieron del satélite primordial Crisálida”, concluye Wisdom.
Referencia:
Jack Wisdom et al. “Loss of a satellite could explain Saturn’s obliquity and young rings”. Science, 2022.