El pasado 1 de julio la sonda Euclid despegó desde Cabo Cañaveral a bordo de un cohete Falcon 9. Después de 27 días de viaje, alcanzó su nuevo hogar en el punto de Lagrange L2, donde nos ayudará a conocer el universo junto a James Webb y Gaia. Las últimas semanas han sido claves para el telescopio, donde se pusieron a prueba los instrumentos y se realizaron las primeras calibraciones, ofreciendo increíbles nuevas imágenes para finalmente poder entender la naturaleza de la energía y materia oscura.
Nuevos ojos en el universo
La materia que conocemos y observamos corresponde únicamente a un 5 % de la composición total de todo el universo. El 95 % restante es la materia y energía oscura, encargadas de la expansión del universo y formación de galaxias, respectivamente. Sin embargo, fuera de suponer su existencia desconocemos por completo su naturaleza o comportamiento.
Euclid, nombrado en honor al matemático Euclides, es un telescopio espacial de la agencia espacial europea cuyo objetivo es crear el mejor y más completo mapa tridimensional del universo. Dándoles a los investigadores una herramienta para inferir el comportamiento y evolución temporal de la materia oscura, y su influencia en las estructuras a gran escala.
Luz visible
El instrumento VIS o Visible Instrument de Euclid tiene como objetivo obtener imágenes de alta resolución de miles de millones de galaxias para estudiar sus formas y tamaños. Este cuenta con un mosaico de 36 sensores de cuatro mil por cuatro mil píxeles, usados para observar en longitudes de onda entre los 500 y 900 nanómetros.
Aunque las primeras pruebas en Tierra de calibración y demostración tecnológica contaban con ciertas limitaciones por la atmósfera, la primera foto muestra claramente todos los objetos que Euclid podrá observar.
Poco después de encender el instrumento se detectó una luz contaminante en las primeras imágenes capturadas. Los análisis indicaron que esta era luz solar que lograba alcanzar los sensores, pero esta era evitable si el telescopio era orientado de cierta manera.
Uniendo la información de VIS y NISP se crea un mapa con información sobre la evolución de las galaxias en diferentes épocas del universo. Así como entender la distribución de estas y la influencia de la materia y energía oscura.
La primera imagen, a falso color, representa el brillo de cada objeto en una cierta longitud del infrarrojo. Esto es conseguido gracias a pasar la luz por un filtro, permitiendo pasar únicamente la información deseada.
Por otro lado, en la segunda imagen se hace pasar la luz por un filtro que desvía ligeramente cada longitud de onda de las estrellas y galaxias. En ella cada línea vertical representa uno de estos objetos y permite conocer su composición y distancia.
Desvelando el universo oscuro
Estas imágenes superan las expectativas de las pruebas realizadas en Tierra durante la construcción del telescopio. Sin embargo, son solo una primera muestra. Todavía hace falta un procesado para eliminar artefactos y mejorar la calidad. En unos meses, al final de la etapa de pruebas, la ESA mostrará el verdadero potencial de Euclid para ayudarnos a entender la materia y energía oscura.