Desde el comienzo de la EEI, ha sido un símbolo de la cooperación internacional en el ámbito espacial, y una base para numerosas innovaciones tecnológicas. Durante las últimas dos décadas, la EEI ha servido como un puente entre la Tierra y el espacio.
La EEI está construida con componentes de todo el mundo. Está hecha con motores soviéticos antiguos, la Unión Europea y la NASA han contribuido con dos módulos, y otros nombres como Japón, Canadá, Brasil y la Organización de Países Africanos han contribuido a su construcción. La EEI es un ejemplo único de lo que la humanidad puede lograr cuando trabajamos juntos.