Los dinosaurios y el espacio tienen una historia tensa; al fin y al cabo, fue una enorme roca espacial la causante de la extinción de los reptiles prehistóricos. Pero en 1985, una pieza fosilizada de una especie inauguró una nueva etapa espacial para los dinosaurios.
En una misión de ocho días de la NASA llamada SpaceLab 2, el astronauta Loren Acton llevó un hueso y un trozo de cáscara de huevo encontrados en un nido de una Maiasaura peeblesorum. Esta especie vivió hace unos 76 millones de años y cuidaba de sus crías en grandes colonias de anidación. Los fósiles fueron desenterrados en Montana, el estado natal de Acton, y tras la escapadita del Maiasaura, el estado nombró a la criatura su dinosaurio oficial.