En 1610 Galielo Galilei descubrió con su rudimentario telescopio las primeras cuatro lunas de Júpiter ( Calixto, Io, Europa y Ganímedes) revolucionando el mundo de la astronomía. Casi cuatro siglos después el gigantesco Júpiter se ha convertido en el planeta del Sistema Solar con más lunas a su alrededor con un número total de 79 lunas, muy lejos de las 27 de Urano o las 62 de Saturno. El equipo de investigadores dirigido por Scott S. Sheppard, el Instituto Carnergie en Washington, descubrieron estas 12 nuevas lunas ya que Júpiter se les cruzó por el objetivo mientras realizaban una búsqueda para encontrar el noveno planeta masivo, más allá de Plutón.
Estos nuevos satélites son muy poco luminosos y miden menos de tres kilómetros cada uno (el satélite más grande de júpiter es Ganímedes con un diámetro de 5261 kilómetros). Nueve de las lunas son parte de un conjunto externo de lunas que orbitan en la dirección opuesta a la rotación de Júpiter a unos 25 millones de kilómetros de este. Gareth Williams, del Minor Planet Center de la Unión Astronómica Internacional, cree que estas lunas son restos de tres cuerpos más grandes que se separaron durante las colisiones con cometas, otras lunas o asteroides. Estas nueve lunas tardan aproximadamente dos años en orbitar a Jupiter.
El décimo y el undécimo satélite forman parte de un grupo más interior que orbita en la misma dirección que la rotación del planeta, y se cree que también son fragmentos de una luna más grande que se rompió. Estas Lunas tardan aproximadamente un año en orbitar alrededor de Júpiter. El satélite duodécimo, el más pequeño, ha sido apodado por Sheppard como «bicho raro» o «kamikaze» es posiblemente la luna más curiosa de todas ya que se encuentra en órbita de colisión con otras lunas.
Esta luna tiene un diámetro de casi un kilómetro y se encuentra en la zona de satélites que orbitan en dirección opuesta a la rotación de Júpiter, orbitando esta en la misma dirección. O, lo que es lo mismo, lo hace en dirección contraria a la del resto de su grupo, lo que conlleva que sea muy probable que se produzca una colisión frontal con otra luna y la posible reducción de estas a polvo. Se cree que esta pequeña luna pudo formarse tras un choque frontal de dos lunas más grandes siendo esta el último remanentedel satélite parental. Los autores del hallazgo han propuesto bautizar a este extravagante satélite con el nombre de Valetudo, como la bisnieta del dios Júpiter según la mitología romana, diosa de la salud y la higiene.
Fuente: NUSGREM
Esta entrada fue modificada por última vez en 29/04/2021 14:11
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