Para minimizar los daños en las ruedas, los ingenieros están atentos a los lugares traicioneros, como el terreno con bordes de caimán que han descubierto recientemente, y han desarrollado un algoritmo de control de tracción para ayudar.
El equipo ha adoptado un enfoque similar a la hora de gestionar la lenta disminución de energía del rover. El Curiosity depende de una batería de larga duración alimentada por energía nuclear en lugar de paneles solares para seguir rodando. A medida que las pastillas de plutonio de la batería se descomponen, generan calor que el vehículo convierte en energía. Debido a la descomposición gradual de las pastillas, el vehículo no puede hacer tanto en un día como lo hizo durante su primer año.
Gracias a una cuidadosa planificación y a las modificaciones de ingeniería, el equipo confía en que el valeroso rover aún tenga años de exploración por delante.