Para este logro espectacular hicieron falta muchos años de trabajo y un conjunto de radiotelescopios que abarcaron todo el planeta combinando sus observaciones.
Ahora, un equipo de científicos ha añadido datos procedentes de más telescopios en múltiples longitudes de onda de luz, cada uno de los cuales revela diferentes características del agujero negro M87 y del chorro de plasma que está lanzando al espacio. Los resultados de su estudio se han publicado en The Astrophysical Journal Letters.
Entre los aparatos que participaron en la observación fueron el telescopio espacial Hubble para la luz óptica; el observatorio de rayos X Chandra y el telescopio de rayos X Swift; el telescopio espacial NuSTAR para los rayos X de alta energía; el observatorio Swift Neil Gehrels para el ultravioleta y el óptico; y HESS, MAGIC, VERITAS y el telescopio Fermi-Large Area para la radiación gamma.
El agujero negro supermasivo está activo y está absorbiendo material del disco caliente de polvo y gas que lo rodea, lo que significa que pueden ocurrir algunas cosas bastante complejas. Una de ellas es la eyección de chorros de plasma que se lanzan desde sus polos.
El primer análisis de los datos del equipo es interesante. Muestra que, en el momento de las observaciones del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés) en abril del 2017, la región alrededor del agujero era la más tenue que jamás hayamos visto. Este hecho facilitó las cosas, ya que significó que el M87 era lo más brillante en su entorno inmediato, sin ser oscurecido por el resplandor.
Los astrónomos también descubrieron que la radiación gamma, que puede producirse por la interacción con los rayos cósmicos, cuyo origen se desconoce actualmente, no surgía de cerca del horizonte de sucesos del agujero negro en el momento de esas observaciones, sino en algún lugar más alejado.
«Con la publicación de estos datos, combinados con la reanudación de la observación y un EHT mejorado, sabemos que nos esperan muchos resultados nuevos y emocionantes», anunció el astrofísico Mislav Balokovic, de la Universidad de Yale.