Millones de espectadores de todo el planeta nos reunimos ayer para disfrutar del segundo intento de lanzamiento del conjunto Starship, el cohete más grande, poderoso y pesado de la historia. Grandes expectativas fueron construidas a lo largo de los últimos años, especialmente en el tiempo de espera desde el primer vuelo. Como era de esperarse, se vivió un fantástico espectáculo lleno de fuertes emociones y, a pesar de la pérdida total del propulsor y la nave, un enorme éxito para SpaceX y el futuro de la exploración espacial.
Pasadas las siete de la mañana, hora local en StarBase, 33 motores Raptor cobraron vida para un despliegue de colores, emociones y esperanzas. El cohete Starship alzó en vuelo con una pluma teñida de cautivantes colores, producto de la reacción del metano con el oxígeno. Durante unos 10 minutos, el mundo fue testigo de una maravilla de la ingeniería y la demostración de las grandes capacidades de la humanidad para superar sus límites.
Pese a la ingente cantidad de titulares desinformados o malintencionados que mencionan a la segunda prueba de lanzamiento de Starship como un fracaso, la misión se considera un gran éxito. Si bien no se cumplió la totalidad del plan de vuelo propuesto, se superaron los principales problemas del vuelo anterior y fue recopilada suficiente información para futuros intentos.
IFT-2 demostró las fantásticas capacidades de SpaceX para aprender de los errores y superarse a sí mismos. Mientras en el IFT-1 la plataforma de lanzamiento, también conocida como etapa cero, fue gravemente afectada, en esta ocasión gracias al nuevo sistema de supresión se mantuvo casi intacta. Aunque igualmente se registraron varios fragmentos de escombros disparados a gran velocidad.
El sistema de terminación de vuelo mostró también una importante mejora. En el primer lanzamiento se evidenció una grave deficiencia en la capacidad de destruir el vehículo en caso de anomalía. Irónicamente, durante el último intento, tanto Super Heavy como Starship fueron destrozados por los FTS de forma automática. Sin embargo, todavía se desconoce el motivo de la activación en la nave poco después; o antes, del apagado nominal de los motores y su entrada en una cuasi-órbita (dado que su perigeo se encontraba todavía en la atmósfera, pero fuera de la corteza terrestre).
Aunque, la conclusión de la misión fue la pérdida de ambos vehículos, se consiguió superar nuevas barreras que permitirán al siguiente prototipo del complejo Starship superar los vuelos previos. La hoja de ruta de SpaceX contempla esta clase de fallos, y considera los errores como una inversión para conseguir sus objetivos.
A lo largo de todo el vuelo se recopila una gran cantidad de información sobre el estado del vehículo, así como variables relevantes que permiten identificar potenciales fallos y posibilidades de mejoras. Permitiendo a las diferentes iteraciones mejorar considerablemente respecto a la anterior.
Ahora, es necesario esperar unos días para poder conocer más a detalle la investigación pertinente sobre el desempeño en vuelo y los motivos exactos de la activación automática de los FTS. Mientras tanto, el siguiente propulsor y nave se preparan para el próximo lanzamiento, agregando mejoras respecto a los anteriores y corrigiendo los fallos observados. Dando paso lentamente a uno de los cohetes más complejos de la historia.
Esta entrada fue modificada por última vez en 19/11/2023 13:54